13 días después AMLO sigue regurgitando la ira que le produjo la investigación de Mexicanos contra la Corrupción sobre las mansiones de su hijo y el hilo que las empata con la empresa petrolera Baker Hughes, documento publicado por el odiado Loret que esta vez le pegó a la línea de flotación del evangelio obradorista: la austeridad.
13 días de furia sin que nuestro amado líder halle la salida del fraccionamiento de lujo en que lo metió su bodoque, y miren que ha intentado controlar los daños de mil y una formas:
Sus moneros de La Jornada, sus troles y bots en redes, sus intelectuales prepago, todos ellos argumentando que lo que era cuestionable, delincuencial, turbio y grotesco con la Gaviota de Peña Nieto no lo es ahora. Que lo que hay ahí es amor del bueno, Carolyn ama a José Ratón, pero el neoliberalismo nos hizo inmunes al romanticismo. Que la alberca climatizada de 23 metros sólo mide 22 metros y unos cuantos centímetros.
Pero ha sido inútil. El tema sigue.
El propio AMLO ha ensayado distractores para que la opinión pública viaje por rumbos ajenos a Houston: el penacho de Moctezuma, las barrabasadas de Alito, Jesusa embajadora, el ranazo del líder de FRENAA, etc.
Es mas, hoy intentó meter a cuento otra caja china inspirada en San Valentín: la necesidad de suspender las relaciones con España, de alejarnos unos meses, tal vez unos años, para sopesar el romance, para conocer a otras personas, ver otros paisajes y confirmar si lo que nos une es amor del bueno o sólo la fuerza de la costumbre. Oh, si amas a alguien tírale una bomba nuclear: si sobrevive es una cucaracha; si no, nunca lo fue.
El problema con este intento de distracción es que conlleva un gran peligro. Estamos agobiados por la inflación, que es un fenómeno planetario producto de la pandemia, y por un estancamiento económico originado por el freno de AMLO a la inversión pública y la huida veloz de la inversión privada ante la incertidumbre generada por el propio gobierno y su agenda estatista. That 70`s Show.
Estamos ya en recesión técnica.
En este escenario, pausar los vínculos con España cuyas inversiones en México representan el 10 por ciento de la inversión foránea total sería una decisión criminal, un desastre que llevaría años revertir. Pero Obrador ya no mide riesgos, la urgencia de tapar la Mansión del Bienestar con un dedo lo tiene perdido.
Ahora bien, el distanciamiento de España anunciado hoy tal vez hubiera funcionado como cortina de humo por la tormenta diplomática que se avecina, habría sido un buen golpe si después de lanzarlo AMLO abandonaba su púlpito matutino, pero al fraile tabasqueño lo tripulan sus rencores y no pudo evitar arruinar su estrategia mencionando de nuevo al culpable de sus derrames de bilis. Ahora Andrés le exigió a Loret que revelara cuánto gana, quién le paga.
La tiene fácil Loret. El propio presidente, en el intento desesperado de justificar la vida inútil del fruto de sus entrañas, aportó la explicación perfecta para cuestionamientos como este. A Loret le basta con contestar: “Es que al parecer mi esposa tiene dinero, señor presidente”, para que nuestro amado líder ingrese de nuevo al Hospital Militar para un cataterismo de rutina.
13 días van en que un hombre, ya desnudo, viene cayendo entre vuelos fugaces.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.