Ayer apareció un bulto negro colgado de un puente; sí, daba la impresión de que ese bulto contenía el cuerpo de alguien y la escenografía la completaba, cómo no, una manta pintarrajeada con una amenaza para Marcela Muñoz, la secretaria de nada, y firmada por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El bulto resultó ser una bolsa negra rellena de papel.
Horas después, Layda Sansores posteó un documento en apoyo a Marce firmado por otro cártel, el de los chilangos que la joderladrona trajo para enriquecerlos con el presupuesto de la entidad.
Sí, apenas un mes le tomó a los chilangos del gabinete solidarizarse con su compañera Marce, y si lo hicieron fue porque los indignó una bolsa de papel.
¿Por qué entre la sociedad campechana no “pegó” este cuento de la manta? Es simple: porque para nosotros la delincuencia de grueso calibre llegó con Marce y sus michoacanos, porque todos sabemos por amigos y conocidos cómo han ido apoderándose de la plaza, porque tal y como están las cosas en Campeche, la única que podría colgar cuerpos y poner mantas es Marce.
Y hay una razón más para explicar el porqué la supuesta amenaza pasó de noche para los liberales y heroicos: porque nadie imagina a integrantes del CJNG, una de las organizaciones criminales más poderosas y crueles del mundo, recortando papelitos para llenar una bolsita.
Ahora bien, hay un cártel que sí está muy enojado, que ya no soporta la ineptitud, la soberbia y la estupidez de doña Jaguara y su legión de parásitos, que no aceptará otra cosa más que el despido de Marce; ese cártel se llama Campeche Harto del Jaguar (CHDJ) y es el grupo que pone el dinero que se tragan los Sansores y sus chilangos, que se ha solidarizado con los policías y que votará en junio próximo.
Y además, los milicianos del cártel CHDJ marcharemos hoy por la tarde para volver a repudiar a la joderladrona y a su narca preferida.
Vox populi, vox Dei.
Besitos de papel.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.