Desde hace unas semanas, una plaga de lonitas de la peor calaña, ataviada con un llamativo color blanco, un corazoncito rojo y una leyenda que dice: “Yo quiero a Purux”, se reproduce a un ritmo incesante en las ventanas de las casas campechanas.
Estudiosos del fenómeno político partidarios de los otros aspirantes priistas han afirmado que el clamor popular es el caldo de cultivo propicio para su acelerada multiplicación, y en los cafés se les ha visto, primero, protestar airadamente y luego resignarse a lo inevitable.
De los precandidatos sólo uno, el de Turismo, intentó contrarrestar los efectos perniciosos de la plaga Purux y diseñó unas calcomanías con la muy original leyenda: “Yo voy con el arqui”. Dichas calcomanías presentaron feroz y leal batalla contra las lonitas, pero sus esfuerzos resultaron inútiles ante la abrumadora superioridad numérica de sus adversarias y al final, cuando ya quedaban muy pocas, acordaron un honroso suicidio colectivo y añadieron a la leyenda “Yo voy con el arqui” unos puntos suspensivos y unas aniquiladoras palabras finales: “…al motel”.
Pero no todo está perdido. Tan grave circunstancia ha llamado la atención del temible luchador rudo invencible, Alito, quien ha iniciado una sigilosa y eficiente cruzada para exterminar de raíz esta plaga letal para sus aspiraciones políticas. Acompañado de un grupo muy selecto de colaboradores, algunos de ellos sobrevivientes de encarnizadas y gloriosas batallas, como la toma de la Rectoría universitaria y el certamen de lanzamiento de huevos podridos en el recinto legislativo, Alito ha retomado su identidad secreta de Vandalitro y en las noches desiertas de mitad de quincena, armado tan sólo de unas tijeras, se le ha visto luchar a muerte contra las indómitas lonitas infernales y los hilos que las unen a las ventanas.
Las últimas noticias que tenemos indican que si bien el crecimiento exponencial de las lonitas sigue su curso, la lucha implacable de Alito ha logrado mantenerlas en los límites de lo normal y, por tanto, el Purux, responsable directo de esta plaga, sigue en los linderos donde puede ser eliminado de la contienda por obra y gracia de una arbitrariedad.
Seguiremos informando.
Nota: en la foto, una de las lonas sobrevivientes al holocausto de Alito.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.
Raúl Bernés
5 de febrero de 2009 at 10:23 am
Bueno hermano. Seguiremos pendientes