Las redes sociales campechanas se saturaron con un pantallazo del Unomásuno que informaba que la Unidad de Investigación Financiera (UIF) de Santiago Nieto inició pesquisas contra Alito Moreno por su presunta relación con “factureras”.
La difusión del pantallazo fue directamente proporcional a la fe en AMLO y la elemental justicia que nos debe: el castigo a uno de los personajes más hediondos de la política nacional. Pero había razones para dudar de Santiago Nieto y la 4T contra Alito. Algo no cuadraba. Vayamos por partes.
La relación de Alito con el robo “facturero” es cuento viejo. Desde hace más de una década se sabe por la prensa que es socio de IDN Consultoría, empresa fundada por Sergio Castro, un personaje que trabajó para los gobiernos de Ulises Ruiz y Mario Marín en Oaxaca y Puebla, y clubes de fútbol como Cruz Azul, Puebla y León.
Según reportes de la época, Sergio fue un personaje tristemente célebre en Puebla. Amparado por Marín, se hizo famoso por la rapidez con la que amasó su fortuna, por sus carros de lujo y su mansión principesca, por los jóvenes bonitos de los que se rodeaba y a los que enriqueció espectacularmente, por sus antros y sus “afters” que eran sucursales de las bacanales romanas; en fin, por todas las formas que adopta la soberbia, la estupidez y el poder sin límites.
Pero en 2008 su suerte cambió: Hacienda lo puso en la mira. Dos años después Sergio fue encarcelado, pagó fianza y huyó hacia Centroamérica. Se ha mantenido prófugo a pesar de la ficha roja de la Interpol y sólo reapareció como operador de la fuga del veracruzano Javier Duarte.
El desfalco de las “factureras” al fisco calculado por el gobierno de AMLO es de 3 mil 400 millones de pesos, y de esa cantidad al menos 2 mil millones fueron desaparecidos presuntamente por Sergio y sus socios, entre ellos Alito, en IDN Consultorías, según reportes periodísticos.
Por eso es que como diputado federal, Moreno Cárdenas cabildeó entre sus compañeros legisladores para detener a Ernesto Cordero quien, desde Hacienda, comenzó el rastreo de las facturas chafas; y hace unos meses, cuando AMLO decidió atacar esa modalidad, Alito volvió a defender el fraude.
Pero había razones para dudar de Santiago Nieto, la 4T y la cruzada contra el mataperros, les decía, y es que esta debe ser el expediente número 14 mil 351 que abre la UIF de Chano Nieto, cuyo porcentaje de triunfos es similar al crecimiento económico del país bajo los escapularios de AMLO.
Santiago se ha convertido en un entremés de la Tde4, un distractor menor para desviar la atención de los problemas fundamentales y la inoperancia del fraile del pochitoque.
A la poca eficacia de Nieto sumémosle que Alito es intocable en este sexenio. Si alguna vez se fue de la lengua, eso se acabó cuando en el diario Reforma lo acalambraron con la nota sobre su Casa Blanca. Con eso bastó para ponerlo a ras de suelo y entender que su función como presidente del PRI, y la de su amigo Manuel Velasco en el Verde, es preservar la mayoría legislativa de Morena entre 2021 y 2024 para que AMLO siga teniendo el poder absoluto.
Y además de asegurar la mayoría del congreso, Alito es el encargado de negociar con los gobernadores priistas para que se vayan sin sobresaltos de sus encomiendas, con el dinero rasguñado y las propiedades a salvo, a cambio de respaldar los triunfos de Morena. Por ejemplo, Aysa presume ya el cargo que tendrá en la SSP de Alfonso Durazo, donde seguirá vegetando pero con cargo al presupuesto federal.
Si al caso, esta portada era otro cachetadón en el hocico para que Alito dejara de proponer alianzas y se dedicara a lo suyo, al papel de rata útil; un amago de lo que podrían hacerle por los crímenes que ha perpetrado, pero amago a fin de cuentas porque este gobierno no aplica la ley sino que la usa para la intimidación, como en el caso de Eduardo Medina Mora. Etcétera.
Y en esas andaba uno, intentando averiguar porqué todo esto estaba muy redondo para aguacate, cuando el PRI emitió un comunicado en el que la UIF de Santiago Nieto desmiente al Unomásuno: no existe ninguna investigación contra Alejandro Moreno.
Lo siento, amiguitos. La justicia de la 4T otra vez no será. El único consuelo que les queda es seguir murmurando que hay que tener paciencia, que poco a poco, que el viejito se las sabe de todas todas y está aguardando que Alito se confíe para que cuando menos se lo espere ¡zas!… zes, zis, zos, zus.
Besitos.
Tantán.
