Si creen que Alito y su PRI quieren alianza para conformar un frente opositor, crean mejor en que la lucha de AMLO contra la corrupción castigará a su hermano Pío, es más probable.
Alito no va a mover un dedo en contra la 4T, Alito es Amlito, y el escenario no está para coaliciones que hace apenas un año, ante la fuerza que tenía Obrador, hubieran sido intrascendentes.
La popularidad del macuspano declina, su guarida electoral, el MoReNa, se autodestruye y el INE negó el registro a México Libre que hubiera dividido el voto panista. No, una unión de adversarios al profeta del trapiche es, hoy, ya muy peligrosa.
Fue Manuel Velasco quien tomó de la mano a Moreno Cárdenas y lo promovió ante el presidente como un buen empleado de la 4T, y AMLO, convencido de la utilidad de tener una mascota al frente del que fue su partido, lo impuso doblegando a los gobernadores del priismo, cosa fácil porque sus fortunas no responden a otra lógica que el latrocinio.
Y hace unos meses, AMLO y Amlito recorrieron otra vez ese camino, el de imponerse a los barones jurásicos, para que Moreno consumara su golpe de estado dentro del PRI.
Con ese golpe, Amlito se atribuyó el poder total. Será él quien defina todas las candidaturas, desde comisarios ejidales hasta pluris federales, y cada una de ellas será otorgada en función de los intereses de AMLO.
En las gobernaturas en juego donde todavía manda el PRI, el mataperros impondrá como candidatos a fiambres intragables, como su sobrino Christian, para que el MoReNa gane sin problemas, y para no dejar nada al azar, obligará a los goberladrones a financiar las campañas de los embajadores de AMLO y a ordenar que los organismos electorales trabajen en favor de la 4T.
En donde gobierna el PAN, Amlito enviará misiles que bombardeen la línea de flotación de los mandatarios azules y disputen los votos del panismo.
En donde a nadie le interese nada, Alito pondrá en venta los cargos de elección para ganarse un dinero extra.
A cambio de los servicios, AMLO aportará vida artificial al tricolor, un regreso a los años setentas cuando la dictadura blanda subvencionaba a los partidos de izquierda para simular pluripartidismo, democracia, debates legislativos y al final imperaba la voluntad del presidente.
Ahora será un presidente de “izquierda” el que le dé vida artificial al PRI y lo use como coartada democrática.
Asegurada la vida de su partido por el obispo del totoposte, Alito continuará como dueño de la franquicia, se regalará una diputación federal pluri y el liderazgo de su bancada, y desde ahí verá la conversión de AMLO en el presidente más odiado de la historia y la antropofagia dentro del MoReNa que será flor de un sexenio.
Alito alucina rápido. Ya debe estar soñando con su candidatura a la Presidencia y su triunfo gracias al voto del rencor, la frustración y el hartazgo, mismos que llevaron al poder a Fox y coronaron la perseverancia de Andrés Manuel. Moreno sabe que empujada por la ira, la gente no vota a favor sino en contra, y Obrador está configurando un contexto favorable para la destrucción de su propio proyecto.
Peor aún: Alito ya debe estar pensando en su eslogan de gobierno: “PRImero el botox”, en las millones de maquetas que propondrá a consulta a mano alzada, en si vivirá en el Palacio Nacional o construirá su propio Versalles, y en los escapularios y amuletos que recomendará a los perros callejeros para que se protejan del bicho asiático sospechoso de envenenarlos.
También hay riesgos. La torpeza de AMLO requiere de cada vez más cortinas de humo para distraernos de una realidad irrefutable: el país se está yendo al carajo. Así que en una de esas Pío vuelve a aparecer arrebatando bolsas repletas de dinero y entonces el sacrificio de un dirigente nacional de partido y exgobernador, que destruyó hospitales para edificar una mansión fifi, se vuelve necesario para dar tiempo de volver a rifar el avión presidencial.
Quisiera equivocarme pero, les digo y lo firmo, el PRI no irá en alianza con ningún partido, AMLO no lo permitirá y Alito tiene que obedecer porque cualquier disidencia, por mínima que sea, lo pondría en la mira de la Unidad de Investigación Financiera de Santiago Nieto, y no hay manera de justificar que un paria urbano sin oficio ni beneficio, pobre de recursos y de entendimiento, que daba cuerpo y recibía ropa cara, se haya convertido en millonario con sólo dedicarse a la política.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.