Bestiómetro: ocho años y medio de prisión

…y entonces la Fiscalía solicitó al Juez de control, David Bacab Heredia, la pena máxima de 7 años de cárcel por el delito de incumplimiento de la pensión alimenticia, y año y medio por sustracción de menores. Eso fue el jueves 30 de enero. Pero creo que primero debo ponerlos en contexto.

Pocos días después de haber sido encarcelado, en marzo de 2018, mi abogado Edwin Trejo solicitó la fusión de los casos en mi contra, porque ambos tenían a los mismos actores (mi ex, mi hijo y yo), la misma temporalidad y el mismo todo, sólo que la Fiscalía decidió separarlos para poder solicitar la prisión preventiva como medida cautelar.

Por lo anterior fue que la misma tarde en que me detuvieron escalonaron las audiencias: primero me arrastraron con Bacab Heredia, responsable de juzgar el caso de la pensión alimenticia, ceremonia que transcurrió sin sobresaltos, e inmediatamente después me capturaron de nuevo y presentaron ante Miriam Guadalupe Collí Rodríguez acusándome de sustracción de menores, ahí Fiscalía requirió que me entambaran argumentando que ya tenía un proceso abierto con Bacab y la madame accedió con inusitado frenesí. Recuerdo y me río: lo que el ministerio público olvidaba en sus alegatos se lo recordaba doña Miriam.

Por cierto, en las prisas por refundirme en un calabozo el Fiscal y sus animalitos no repararon que los delitos que me imputan son mutuamente excluyentes. En uno, sustracción, aceptan que me llevé a mi hijo a Champotón, lo inscribí en escuela particular, en clases de natación y de beisbol y etcétera. En el otro, manutención, dicen que el tiempo que “sustraje” a mi chilpayate no lo mantuve. Una genialidad.

Bueno, el tema es que solicitamos la acumulación de carpetas en marzo de 2018, y fue apenas el 26 de diciembre de 2019, un año y nueve meses después, que el juez Bacab Heredia la concedió y quedó a cargo de todo. Doña Miriam Guadalupe y sus malas mañas fueron dados de baja.

Una vez concedida la acumulación, el juez procedió a la audiencia intermedia, efectuada el jueves pasado, para desahogar los medios de prueba de cada lado.

Mis pruebas constan en la carpeta de investigación. Ahí está el testimonio de mi ex, que confiesa ante la juez familiar que había un acuerdo entre nosotros desde febrero de 2017 para que el niño viniera a vivir conmigo, porque ella entraba en periodo electoral (trabaja en el Instituto Electoral con Karla Vicenta Aysa, hija de Carlos Miguel, el gobernabuelo que concibió Alito), y no tendría tiempo para atenderlo. Con eso se cae todo.

Pero no. A pesar de que mis pruebas son parte del proceso, están en la carpeta en la que basaron las acusaciones en mi contra, las conocen todos los involucrados, Fiscalía argumentó no tener conocimiento de ellas, y Bacab Heredia aceptó desecharlas con el mismo inusitado frenesí con el que hace casi dos años doña Miriam le cromaba el ego al goberladrón enviándome al penal. Y entonces los enanitos malévolos del fiscal Juan Manuel Herrera reclamaron la pena máxima de 7 años de encierro por el delito de incumplimiento de la pensión alimentaria, y año y medio por sustracción de menores, para el que esto escribe y por lo que escribe. Y hoy, bajo esas condiciones y en apenas cinco minutos, Bacab decretó la apertura del juicio.

Así, eliminadas las pruebas que pueden demostrar mi inocencia, inerme ante la maquinaria Fiscalía-jueces, es como voy a presentarme el próximo 23 de marzo a la continuación de este disparate iniciado por el Supremo Idiota Alito Moreno Cárdenas, y continuado por el buitre lunático Carlos Miguel Aysa. Y será cuestión de trámite el juicio porque la decisión ya fue tomada y no por los jueces. Serán 8 años y medio de cárcel para Bestiómetro, el mismo tiempo que le dieron a Javier Duarte por haber saqueado Veracruz mientras le suministraba agua azucarada en lugar de quimios a niños enfermos de cáncer.

Besitos.

Tantán.