El sábado, Layda dejo atrás la fatiga física y mental que había mostrado en los últimos tiempos y se lanzó a defender a Pablo Gutiérrez Lázarus diciendo de Alito esto: “No le basta con imponerse a billetazos, ahora vienen las demandas y conocemos la ruta, hasta dónde estás dispuesto a llegar: golpes, violencia, balas; si quieres empezar a investigar, comienza con tu chiquero, los Ayuntamientos de Carmen, de Champotón, Calkiní, Hopelchén y el de tu gobierno, antes de que huyeras al PRI”.
El domingo, Eliseo retomó lo dicho por Layda y le echó en cara la participación de sus sobrinos, Gerardo Sánchez y su esposa América Azar, en el chiquero de Alito. América fue la secretaria de Finanzas del enfermo mental que gobernó haciendo maquetas y Gerardo Sánchez Sansores (a) “Seso Loco” el encargado de las redes sociales desde donde se difamó a los adversarios del régimen.
Tal vez le faltó a Eliseo señalar otros rastros de la relación entre los laydos y Alito, como la sumisión absoluta de los diputados morenos al gobierno estatal, tanto así que aprobaron todas las cuentas públicas de Alejandro y de los ayuntamientos de Champotón, Calkiní y Hopelchén que ahora denuncia Layda, encubrieron el desastre de los hospitales públicos, votaron a favor cuánto disparate les ordenaron y protegieron la huida al PRI del Calígula de Lomas del Castillo.
De hecho, los legisladores de Layda aprobaron el nombramiento de un agente de Alito como titular de la Fiscalía Anticorrupción, la misma Fiscalía que hoy persigue a Pablo Gutiérrez Lázarus y motivó la defensa de La Salomé del Trópico.
Por la tarde del domingo, Gerardo Sánchez Sansores “Seso Loco”, a quien a últimas fechas le ha dado por hablar como Raphael, el divo de Linares, le brincó desde la tercera cuerda a Eliseo. No refutó ningún señalamiento contra su esposa y contra él por su participación en el desfalco estatal de la mano de Moreno Cárdenas, no puede hacerlo, así que prefirió acusar a Eliseo de salir en defensa de su patrón Alito, le recordó que muchos de los funcionarios de Moreno Cárdenas trabajan ahora para la grulla del kung fu, cosa completamente cierta, y rememoró el fraude de la venta de pollos en las colonias de Campeche, negocio con el que Montúfar recaudó buen dinero, lo que también es un hecho comprobado.
No mencionó Seso Loco que Eliseo también puso en oferta de mercadito naranja el combo Bala, Navaja y Madrina, no sé por qué.
Y para abrochar con cierre de oro, después de su sobrino gozamos de nuevo a Layda en un video en el que, en el papel de Amparo Rivelles en Cuando los hijos se van (con Alito), nos fulminó con una sentencia irrebatible: “No cabe duda: cobardes obedecen a cobardes”. Se refería, por supuesto, a Eliseo convertido en emisario de Alejandro Moreno, aunque algún malpensado habrá que aplique la misma sentencia en los sobrinos de Layda, Gerardo Sánchez “Seso Loco” y América Azar, que también obedecían al mismo maleante.
En esta última puesta en escena, Layda invitó al exjoderladrón a que si algo tiene que decirle, se lo diga de ¡feeereente!
Así terminó este fin de semana de striptease entre infames. Ninguno de los involucrados defendió su honorabilidad, refutó las acusaciones, negó su íntima putrefacción. Prefirieron devastarse diciéndose sus verdades y que el respetable decida quién está menos percudido. Tiene razón Layda: Alito se impone con billetazos, o por lo menos se impuso, y todos, incluyendo a su familia y equipo, incluyendo a Eliseo y su frenesí autolesivo, fueron parte del burdel que creció en grande.
Ahora bien, Layda le dio a Alito, Eliseo a Layda, Seso Loco a Eliseo, Borondongo a Bernabé y Bernabé a Muchilanga, pero nadie se acordó ni por un segundo del candidote del PRIANRD-LGBT, Christian Castro Bello. Preocupado por su ausencia, lo rastreé por la web y lo encontré en un mitin en Escárcega donde los asistentes se veían tan jubilosos como los seminaristas de Legionarios cuando Maciel se paseaba a medianoche por los dormitorios.
Ignoro hasta dónde llegará este enfrentamiento entre laydos y eliseos en su intento de convencernos de que el otro se prostituyó más con Alito. Pero lo que es un hecho es que a nadie le importa un caraxo Christian Yadiro, ese muchacho que nació para perder, que apenas alcanza un 11 por ciento de aprobación y que este domingo de bronca de tugurio no mereció ni una rutina de burlesque de Layda ni un karatazo letal de Eliseo.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.
