Las inversiones no huyeron del país, el dólar no se disparó, no amanecimos siendo Venezuela ni Putín nos acomodó una sucursal de Siberia en el Zócalo; al contrario, muchos mexicanos sintieron renacer con la derrota del PRI el primero de julio y todavía confían en que AMLO en la presidencia logrará el milagro de la regeneración nacional.
Lo vemos a diario: basta que aparezca en las redes sociales una nueva información sobre las muchas formas del latrocinio para que de inmediato alguien comente que ahora sí, con AMLO en el poder, habrá consecuencias.
Bajo esas circunstancias, no entiendo la urgencia del Peje por reunirse con Meade para lanzar un mensaje de unidad y futuro, cuando el mejor estímulo para la unión social fue acabar con el Priato en las urnas, y el único futuro posible pasa por las represalias contra quienes nos convirtieron en rehenes de la corrupción, la impunidad y la irresponsabilidad.
Es una “persona honesta y honorable”, dijo el Peje de Meade durante el encuentro. El mensaje es nefasto porque anuncia que Meade NO será castigado a pesar de sus canalladas y, por extensión, tampoco sus cómplices.
Es decir, Odebrecht y Etanol 21, el desfalco que nos costará 40 mil millones de pesos y fue firmado por Meade a sabiendas de la quiebra que significaba para Pemex, pasará al olvido.
La Estafa Maestra que desapareció 8 mil millones de pesos y fue encabezada por La Maestra de la Estafa, Rosario Robles, a la que el excandidato priista encubrió en Sedesol, también se traspapelará en algún lado.
Los lozoyas, peñas nietos y videgarayes, todos ellos involucrados en fraudes monumentales en contubernio con Meade, se irán a disfrutar lo rasguñado mientras los que apoyamos al Peje nos quedaremos deseando el elemental ajuste de cuentas con quienes se embolsaron el patrimonio nacional.
No por nada los priistas han celebrado la reunión y los textoservirores elogiado la civilidad de estos hombres, es la confirmación de que todo seguirá igual.
Un mes después sabemos que mintieron los que auguraban el Apocalipsis si ganaba López Obrador porque el país no se ha convulsionado, muy al contrario; pero el acercamiento de hoy arroja muchas dudas sobre la sinceridad del Peje.
Es simple: si la intención de castigar la corrupción sigue ahí, la reunión no tenía ningún sentido.
Argumentar unidad, paz y futuro como motivos de la junta son mamarrachadas porque el único riesgo de convulsión social es el que resultaría de traicionar el voto del hartazgo contra los roedores tricolores, y ese es precisamente el resultado de esta visita de Meade al santuario del Peje. Y aquí iba a terminar mi texto cuando leo una notificación de Proceso: “No habrá “quinazo” ni persecución contra Romero Deschamps”, afirmó Rocío Nahle.
Ahí tienen.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.