Entre 150 mil y 220 mil personas asistieron al Zócalo para escuchar al grupo Firme. Sí, un gentío descomunal en un evento pagado por el gobierno de la CDMX; en realidad, un acto de campaña de la doctora Claudia Shitbaum, la corcholata más cercana a los delirios transexenales de AMLO.
Ahora bien, ¿qué canta el grupo Firme? Un ejemplo:
“Compa Lenin!
Échele, mi compa
Eduin y puro Grupo Firme,
Y échele, mi acero, usted también, viejo
Pero échele todo, compa Lenin (tequila, lo básico)
Salucita, ‘padre, salucita (compadre)
¿Ya lo tomo?”
Otro ejemplo:
“Y de paso hasta el perro voy a envenenarte.
Y no te imaginas que alacrán te echaste.
En tu perra vida vas a hallar la calma
hasta que te mueras
o hasta que me mates”.
200 mil almas comprimidas en el Zócalo para escuchar esto, apología del delito incluida.
El conteo, presumido por el propio gobierno de la CDMX, pone al grupo Firme a competir con la capacidad de convocatoria de AMLO y eso debe haber causado colapsos gástricos en el habitante de Palacio Nacional, y con justa razón, porque este amontonamiento debilita la leyenda del hombre providencial que mueve un dedo y de inmediato es cobijado por su pueblo en el corazón mismo de la Patria, fenómeno único en la historia nopalera según el textoservicio de la 4T, y fortalece una versión menos mítica pero mucho más creíble: la estupidez atrae multitudes.
La candidatura de la Shitbaum puede que ya no esté firme.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.