(Advertencia: si la foto se ve chida en su monitor, puede saltarse el primer párrafo.)
La foto: en primer plano, amontonados en una mesa, vemos la vasta artillería de argumentos para convencer al exigente votante de nuestros días: una plancha Black & Decker, un juego de cubiertos, un mechudo (o posiblemente se trata de la cabeza de un asistente), y vasos, cubetas y contenedores de plástico; tras este completísimo arsenal de persuasión política, Jorge Luís Lavalle Maury ejecuta la suerte que consagra a los grandes cumbancheros: “hace suelo”. A esas alturas del festejo, el delegado de la SEP es un ejemplo de lo difícil que resulta convencer al exigente votante de nuestros días: dos o tres cabellos desafían la tiranía del gel y la camisa azul tiene tales manchones de sudor que, por una extraña asociación de ideas, me hizo alucinar con menonitas. A prudente distancia del orgullo rumbero de la Mafia aristocrática, la suficiente para no ser engullidos por el torbellino, tenemos a un sonriente Mario Ávila, mejor conocido como el delegado de Sedesol, a su colega de la Semarnat, Enrique Iván, y a un antropoide disfrazado con la camiseta del Cruz Azul; Enrique Iván y el eslabón perdido aplauden con ganas el intento de Lavalle de convencer al exigente votante de nuestros días con una imitación de Ninón Sevilla.
Bajo la foto encontramos un texto donde las mayúsculas y los puntos sssssssuspensivosss son el mejor homenaje a la gestión de la profesora Gordillo como dirigente del Sindicato de Maestros, y que más o menos dice así:
ME DIO PENA AJENA EN MANOS DE QUIENES ESTAN NUESTRAS DELEGACIONES FEDERALES, ES UN RIDICULO COMPLETO, LASTIMA DE CARITA Y ROPITA. Y ESTO ES LO QUE MUCHA GENTE QUIERE PARA GOBERNARNOS…………………….ME VOY AL MONTE DE GUERRILLERO CARAJO. CIRCULALO SI GUSTAS…….
La foto y el texto corresponden al correo electrónico que el pasado 20 de mayo recibió media cristiandad y que tenía el deslumbrante título de Bailes empanizados. El responsable del envío fue, presuntamente, el director del Consejo Estatal de Seguridad Pública (C4), Alberto Ramón González Flores ([email protected]). La respuesta llegó 3 días después, el 23 de mayo, pero no la escribió el directamente afectado, Jorge Luís Lavalle Maury, sino, presuntamente también, don Jorge Luís Lavalle Azar, coordinador de asesores del Gobierno del Estado y padre de la criatura, quien tampoco desaprovechó la oportunidad de homenajear a la maestra Gordillo. Ahí les va:
“Recibi (sic) la foto y tu mensaje, bastante cinico (sic) de tu parte.
“Ramoncito: lo que realmente disgusta y apena a cualquiera es comprobar que el responsable del CONSEJO ESTATAL DE SEGURIDAD PUBLICA (C4), que deberia (sic) estar preocupado por la seguridad de los campechanos y coadyuvando (sic que no señala una falta ortográfica sino el pasmo del lector) con las autoridades para detener a asesinos, narcos y ladrones, se dedique a tomar fotos en festivales de partidos politicos (sic) con los que no comulga para enviarlas por internet de manera ofesiva (sic) y sin decencia alguna.
“Lo que espera la comunidad es que quien este (sic) al frente de esa institucion (sic) sea una gente recta, discreta, capaz, decente y sin distincion (sic) de colores partidistas y lo que estas (sic) demostrando ESQUE (sic) NO CUMPLES NINGUNO DE LOS REQUISITOS.
“Analiza tu proceder y veras (sic) que con esas actitudes más que pena das lastima.
“P.D. Si es cierta tu promesa de irte al monte de guerrillero… espero que sea al monte Sinaí y te lleves a todos los que son como tu (sic), asi (sic) le harías, por primera vez, un gran servicio a los campechanos.”
Si nos ponemos exigentes, a don Jorge Luís le faltó en la carta el final de lujo: “Hijito, no te juntes con esta chusma”. Si acudimos al refranero, podríamos decir: “El burro hablando de servicio a los campechanos”. Si… en fin, para qué le sigo.
Campeche es el hoyo negro de la Península, y si el atraso con respecto a nuestros vecinos es de décadas, este pleito de comadres entre Ramoncito González y los Lavalle, que no hace mucho tiempo habitaban el mismo grupo político, nos deja en claro que pronto será de siglos.
En la carrera hacia el 2009 veremos a los que tradicionalmente han detentado el poder, y han hecho de la entidad lo que es, disputarse el Cuarto Piso desde la trinchera que sea (la fidelidad a los colores partidistas es para la perrada), y a ellos no hay que pedirle soluciones para salir del atraso, entre otras cosas porque no las tienen. Si algo enseña este apasionado intercambio epistolar es que las campañas que vienen estarán basadas en señalar las miserias de los adversarios, no en propuestas.
Oficialmente ya comenzó la pringadera. Desde ahora y hasta que el exigente votante de nuestros días haya obtenido toneladas de plástico, haya asistido a cientos de mítines, se haya embutido miles de tortas y jugos, haya recibido gorras, camisetas, mandiles, etc. con las fotos de los candidatos y el logotipo de sus partidos, y haya sufragado por aquel que le dio más dinero un momentito antes de entrar a la urna y además le regaló un platito con tres tacos de cochinita, no habrá otra cosa que el tiradero de excrecencias entre aspirantes.
Pero no se preocupen, después de la efervescencia política, poco a poco, se irá disipando el olor a mierda y en su lugar quedará el que caracteriza a Campeche, estado que gracias a los González, Lavalles y demás especies tóxicas tiene tantos años estancado que ya huele a podrido.
Glosario
Hacer suelo: suerte suprema de la cumbia; su ejecución entraña tal dificultad que sólo pueden realizarla los maestros cinta negra décimo dan de la cumbancha. A grandes rasgos, el proceso es el siguiente: dando saltitos hacia delante o en un mismo lugar (al gusto del cliente), con las rodillas flexionadas y los brazos en posición de cargar una plancha de cervezas (o cualquier otra cosa, me incliné por este ejemplo por considerarlo más representativo), el ejecutante se dobla hacía atrás moviendo impetuosamente los hombros hasta que la espalda roza el suelo, y se mantiene así el tiempo necesario para que la gente se apiade y le aplauda o su columna vertebral truene como polvorón, lo que suceda primero.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.