Este sábado 27 de noviembre a las once horas, en el auditorio del PRI, tendrá lugar el Concurso de Oratoria “Abelardo Carrillo Zavala”.
Aunque los organizadores han cumplido cabalmente la encomienda de mantener en el más absoluto secreto el evento, trascendió que el jurado estará compuesto por egregias personalidades campechanas, ninguna de ellas con prestigio de orador pero, eso sí, furibundas opositoras a la instalación del penal federal en la entidad.
Los puntos a calificar son:
Propuesta del discurso.-
La máxima calificación posible la obtendrá quien mencione más veces la palabra “Concordia”.
Advertencia: aquellos participantes que mencionen las palabras “Nueva” o “Grandeza”, o aludan algo similar, aunque sea accidentalmente, serán descalificados inmediatamente y recibirán un disco de don Abelardo.
Impacto en el auditorio.-
Si durante su participación el orador despierta a uno de los jurados, será descalificado. Si despierta a uno de los jurados y a una persona del público, será descalificado y linchado. Si despierta a más gente, recibirá una invitación de la empresa ADO para usar su discurso como ayuda para choferes.
Desarrollo del lenguaje.-
Sólo se permitirán tres “güe” por segundo; de cuatro en adelante: puntuación negativa acumulable. Si el concursante rompe la barrera de los 34 “güe” por segundo, quedará descalificado pero se le extenderá un contrato para trabajar como conductor en alguna de las televisoras locales.
Presentación personal.-
Es requisito indispensable que los concursantes se disfracen de Fidel Velazquez o de amigo de Blanca Nieves.
Ademanes.-
Los concursantes deberán reforzar sus palabras con la gestualidad que derrocha don Abelardo en sus videos musicales.
Capacidad de persuasión.-
El participante tendrá que convencer al jurado que leer y escribir son actividades altamente perjudiciales para quien aspira a triunfar en política.
Observación final: todos los concursantes deberán portar maracas.
La verdad es relativa, sólo la neta es absoluta.
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Escrito Por
Bestiómetro
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.
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