Día 36. Sigo en la cárcel por orden del gobernador campechano Alejandro Moreno Cárdenas.
¿Y si se retrasa el vuelo comercial y no llega a una reunión importante en las Naciones Unidas?, le preguntaron a AMLO después de afirmar que de arribar a la presidencia venderá el palacio flotante de Peña Nieto y él contestó: Pues no llegué. A la cuenta de tres, sus adversarios se le fueron encima con chakos, cadenas y el argumento simplón de que su provincianismo no le permite comprender la trascendencia de la pompa y circunstancia diplomática.
Los opositores al Peje todavía no entienden que el descrédito que arrastran convierte todo ataque al tabasqueño en una inyección de anticuerpos. Transformado en la esperanza de millones para dejar atrás la pesadilla del gobierno actual y la mortandad epidémica que inició con Calderón, visto como una vía rápida para recomponer el país que la generación Timbiriche ha saqueado hasta las náuseas, AMLO está blindado contra todo señalamiento racional y cualquier agresión de sus detractores. No sólo eso; al atacarlo por cuestiones como no llegar una reunión de la ONU por treparse a vuelos comerciales, le dejan el escenario dispuesto para que vuelva a acariciar los oídos de los mexicanos hartos de Casas Blancas y gasolinazos con la historia cursilona, pero efectiva, del hombre que prefiere la impuntualidad a seguir sangrando los anémicos bolsillos del pueblo.
Además, criticarlo por no dar importancia a la diplomacia cuando el actual Presidente de la República impuso como canciller a su compadre Videgaray que, sobrado de estupidez y falto de tacto diplomático, confesó que llegaba al cargo a aprender, me parece un disparate.
Por último, la idea de que tener una nave privada a disposición es sinónimo de llegar a tiempo, es absurda. A bordo de su nave, Peña Nieto ha ido a todos lados. Lo hemos visto haciendo el ridículo en la ceremonia de los saludos con Obama y Trudeau; vagando como alma en pena en cumbres internacionales, presumiendo su furioso monolingüismo que hizo del infrestructocho un meme eterno, y arrastrando su legendaria ignorancia por el planeta. El hábito no hace al monje. Que el Peje Presidente se encarame en un avión comercial y no llegue a un compromiso internacional es muy probable. Pero Peñita en su aeronave de 3 mil millones de pesos y en pleno uso de su indigencia mental, no llegó nunca.
Besitos viajeros.
Tantán
#BestiometroNoSeCalla
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.