Día 27. Sigo encarcelado por orden del gobernador campechano Alejandro Moreno Cárdenas.
Les escribo esto de milagro porque hoy por la madrugada debí haber sido asesinado. Me explico.
Hoy, después del pase de lista de las 6:30 de la mañana, una persona uniformada llegó a mi celda y sacó a mis compañeros. Una vez solos, me dijo que era de Veracruz, que lo habían traído por la noche junto con otros siete sicarios con la orden de “arriba” de liquidarme, pero que por alguna razón la orden fue suspendida temporalmente.
Me dijo, además, que no sólo van por mí, sino también por mi familia, que él no sabe quien soy ni quienes son mis hijos, pero que no le importa: su trabajo es matar y aquí donde estoy, cuando yo amanezca frío, “¿quién te mató? Quien sabe”.
Luego revisó mi litera y me exigió mi “máquina” (celular), le dije que no tenía, y entonces me pidió que me desnudara para tomarme fotos que les enviaría a sus patrones. Mientras me fotografiaba, me aconsejó que lo mejor para mí era que me llevaran arriba. Sí, como lo leen, mi potencial asesino me dio consejos para salvarme de su mano ejecutora, y estos eran que yo solicitara mi traslado a un lugar mas solitario y peligroso, donde lo que debió suceder hoy por la madrugada puede suceder con mayor facilidad. Si les suena absurdo, lo entiendo.
Por último, arribó a la verdadera razón de su presencia en mi celda. Mi asesino en pausa me sugirió que dejara de escribir “pen-de-ja-das”.
El tipo que llegó a mi celda no es de Veracruz, es campechano; trabaja en el penal desde hace muchos años y tiene el cargo de comandante. Se llama Jesús Manuel Juárez Sonda. Dijo que tenía órdenes de “arriba” para masacrarme, y “arriba” de él sólo están la directora del penal, Virginia Cáliz; el Secretario de Seguridad Pública, Jorge Argaez; el Secretario de Gobierno, Carlos Miguel Aysa; y el Gobernador Alejandro Moreno Cárdenas. Hagan sus apuestas entre esas opciones para determinar quién dio luz verde para mi defunción.
Así las cosas en el penal. Si en la madrugada de mañana, de pasado mañana, de algún día del próximo mes, la orden de asesinarme pasa de stand by a play, anótenle el punto al comandante Sonda, supervisen su ascenso y rastreen en la lista del párrafo anterior quién operó el control remoto.
Besitos de advertencia.
Tantán.
#BestiometroNoSeCalla
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.