A mi maestro Gerardo Mixcoatl le preocupa mucho el futuro de planeta, tanto que en su página Facebook comentó: “No veo a los Estados Unidos, ni a China, ni a India, ni ahora a Brasil, queriendo reducir sus emisiones de carbono si ello entorpece su ascenso al escenario mundial como potencias. ¿Ustedes si?”
Me preocupé y no por el futuro del planeta, asunto que nos viene guango a los liberales y heroicos patriotas (para muestra basta una miradita al malecón de la ciudad), sino por la necedad de mi sensei de torturarse por nimiedades cuando hay cuestiones más graves. Desafiando el temor de ser acusado de apóstata por Roberto Oropeza, me atreví a responderle: “No veo qué le preocupa, maestro, si los jerarcas del fútbol mexicano por fin acordaron cuándo comenzar la liguilla, tema complicado ante el imponderable de que el Atlante no entró a la fiesta grande. Eso sí es importante.”
Gerardo reviró magistralmente: “¡Claro, yo con mis pendejadas!” Cavilé sobre la respuesta. Dos horas después concluí que el faro, la estrella y el viento de mi travesía no quedó muy convencido con mi perspectiva de las cosas, así que insistí con argumentos más sólidos: “Relájese y vea fútbol, maestro. Paulatinamente aumentará su tolerancia a la televisión y empezará a disfrutar los programas de concursos bien retedivertidos y cultos como Doble cara y Ellos creen que saben, luego vendrán las novelas, incluida la repetición de Betty la fea, después la fe absoluta en Tercer grado y La entrevista con Sarmiento y por fin los ruegos nocturnos a la virgencita de Guadalupe para que a México le vaya bien, sobre todo cuando juega la selección. Le digo, maestro: relájese.”
Gerardo no volvió pero Karina sí lo hizo: “Brasil jamás si continúan acabando con el “rainforest”, para hacer campos de cultivo para alimentar a su ganado, lo que les reditúa muuuucho más, e inclusive ha dicho que no frenaran su desarrollo por la ecología.”
Lo dicho: no hay manera de convencer a cierta gente de preocuparse por temas que valgan la pena.
La verdad es relativa, sólo la neta es absoluta.
En este artículo:
Escrito Por
Bestiómetro
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.
Haz clic para escribir un comentario