Día del padre. En la imagen Abelito y yo. Con Isla comí ayer. Falta Miguel pero tiene un año y ocho meses que no lo veo. Las críticas al gobierno de Alejandro Moreno Cárdenas y decrépito escudero Carlos Miguel Aysa no sólo me ganaron la cárcel, la tortura sicológica a mi familia, las amenazas de muerte, el arenoso proceso judicial que no avanza porque no saben qué hacer con un caso armado artificialmente y sólo para censurarme, además de una vergonzosa nominación a gobernador; también me trajeron la ausencia de un hijo. Pero yo elegí mi rumbo y si la penitencia por no ser textoservidor es esta, ni modo. Le sigo. Ahí les cuento cómo me va.
Mientras tanto, felicidades a todos ustedes que cargaron en su vientre dolor y cansancio.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.