Sólo para champos. Curiosos, absténganse.
Me enviaron esta imagen y me aseguraron que la propia Claudeth la había posteado. No lo creí. Tuve que ir a su página para cerciorarme que, en efecto, ella la subió como parte de su campaña por la reelección.
Son las señales, dice mi mandataria municipal.
Y sí, son las señales, pero no las que ella alucina, que mi Claudeth es capaz de ver una bandera pirata y creer que ahí toman rayos x.
De inicio, es poco aconsejable usar un eclipse como propaganda política, sobre todo cuando uno de los significados etimológicos de la palabra es oscurecimiento y a tu marido, el que ha nulificado tu autoridad, le dicen el Negro.
Peor aún:
Llegaste con el voto de miles de champotoneros que veían en ti la oportunidad de dejar atrás a uribes, perros arjonas, danieles y etcétera; que te otorgaron su confianza porque representabas una luz de esperanza, Claudeth.
Champotoneros que hoy, desencantados, saben que todo se jodió por la voracidad de tu marido, que se tragó la luz y regresó la penumbra, y nos recetó las mismas viejas y puercas mañas.
Por eso la foto que posteaste es peligrosa, Claudeth, porque ese chisguete de luz solar devorado por la tiniebla no funciona como elemento propagandístico, pero sí como descripción de tu gobierno.
Es triste que tu papel como alcaldesa se reduzca a ser la coartada para el desfalco, la pieza sacrificable de un forajido, y que además, ciega y sorda por amor, publiques una imagen que es un homenaje muy obvio a las vilezas de tu Negro Andrade, mi querida Claudeth Trevi.
Besitos que ven el lado oscuro de la luna (50 años de su publicación),
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.