Con el permiso y la presencia del fiscal Renato Sales, hoy hubo misa en honor a la lupana en la mera Fiscalía. El laicismo institucional puede pasar a modo stand by cuando de hacer campaña se trata.
Ahora bien: cuarteado el estado laico, ahora los empleados de la FGE que profesan otras creencias podrán exigirle a Renato la celebración en la institución de sus ceremonias religiosas, sean adventistas, evangélicos, santeros o fanáticos de esa forma inalterable de la mortificación que es irle al Cruz Azul.
Si lo hacen, si los devotos de esas otras doctrinas exigen su derecho ante Reni, éste ingresará en un problema que sólo tiene dos soluciones y las dos equivalen a ver el Martes del Jaguar:
Si no cede a las exigencias, resultará que padece el cáncer de la fe única y también el otro, el que cree que la aplicación de la ley es selectiva y el estado laico es portátil; y si cede, pos continuará la demolición de la Fiscalía a su cargo, actividad en la que se ha empeñado desbaratando el prestigio que los campechanos construimos en torno suyo.
Besitos miserables.
Tantán.
Post scriptum: por cierto, la misa la celebró un sa-cerdote acusado de pederastia. Y no, nadie sabe en qué fase va la denuncia porque la Fiscalía se niega a informar y, al parecer, también a investigar.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.