Desde hace unos días, don Fernando Ortega ha venido publicando sus logros de gobierno a través de Tuiter, y a fe mía que acertó en el medio: 140 caracteres dan y sobran para enumerar las bendiciones que nos trajo su llegada al Cuarto Piso. Cito uno: el programa Zapatitos Solidarios para la niñez que asiste a la escuela primaria y en el que se han invertido 5 millones de pesos anuales, 30 millones de pesos en total.
La otra cara de ese discurso triunfalista son algunos datos dolorosos que no encontraron lugar en el microblog, pero que explican el fracaso de su administración.
Por ejemplo, que más del sesenta por ciento de la infraestructura educativa de Campeche está en ruinas, que repararla costaría poco más de 600 millones de pesos y sin embargo, a pesar del riesgo para los niños, no se ha destinado un sólo centavo por esos rumbos.
Tampoco hemos visto en los tuitazos ninguna alusión al dinero gastado en comunicación social, área de especial importancia para este regimen. Lo único que sabemos a ciencia cierta es que en los primeros nueve meses de su mandato, don Purux echó al megadrenaje mediático 116 millones 370 mil pesos, es decir, 431 mil pesos diarios.
Después ya nadie supo, la información se extravió. No obstante las primeras planas, noticieros y programas de análisis político siguieron postulando que nunca nos había sucedido nada tan hermoso como Fernando y Roberto en vuelo unido por el progreso solidario, así que el recurso debe haber seguido fluyendo por ahí en cantidades pluviales.
A razón de 431 mil pesos diarios, el hombre de la pezuña en el corazón derrochó en prensa cerca de 950 millones de pesos en 6 años, más o menos el costo del Megadrenaje o del acueducto Chicbul-Carmen.
La conclusión es terrorífica. Entregar zapatos a los niños para que vayan a la escuela a que los techos les caigan encima es un crimen que los medios traducen como una hazaña asombrosa, sólo comparable a las de Alito, el nuevo Salvador de Campeche.
¿Qué más nos espera en este micro informe vía Tuiter? Cualquier barbaridad. No se extrañen si don Purux nos sorprende con el anuncio de que por su civilidad, dinamismo y entrega los Niños Contralores serán premiados con un paseo por la bahía campechana, pero omita que lo efectuarán en alguno de los yates de Roberto Sarmiento. Hace mucho que las hordas solidarias perdieron la vergüenza y la noción del absurdo.
La agonía tuitera de don Fernando es el epílogo perfecto para su gobierno. En 140 caracteres puede resumir sus triunfos, los ciudadanos necesitaríamos una enciclopedia para ilustrar el desastre.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.