Meade viaja en Metro, C-Anaya se lanza de tirolesa, el Peje regresa a Tabasco para someter su acento a entrenamientos intensivos, Pozos decora un arbolito de Navidad y besa a su esposa en la frente, Jorgito Nordhausen pasea por el malecón de Carmen con su perro, el gobierno de Peña Nieto extradita a Borge, Corral denuncia ahorcamiento económico de Chihuahua por la Federación en respuesta por la detención del responsable del manejo sucio de recursos públicos para financiamiento electoral del PRI, en Venezuela pintan bardas en favor de AMLO, en México no pintan bardas en favor de Meade, etcétera. Estamos ya en campaña.
Es más, es cuestión de segundos para que la presidente del CDM del PRI en Campeche, Karla Toledo, declare que las líderes apestosas que sudaban alcohol por el sobaco se han transformado en gráciles damitas en cuyas axilas florecen campos de lavanda.
Los tiempos de campaña son difíciles para los políticos. Para robar cantidades insultantes de dinero, asegurar la comodidad de veinte generaciones y comprar relojes de seis millones de pesos, tienen que saludar jodidos, besar búfalas y patrocinarlas para el acarreo de gente, prometer que lucharán incansablemente contra lo que los ha enriquecido, la corrupción y la impunidad, y sobre todo, abandonar sus oficinas y la atención personal de sus negocios para armar travesías por territorios donde sólo existe desolación y miseria y alientos atómicos y sobacos letales. A ellos eso no les gusta, me consta, y no creo que el pueblo salte de júbilo ante la bendición de ser tratado cada tres años como ganado hambriento y mañoso.
Entonces, ¿qué hacer? El saqueo de la rosca de reyes que el Supremo no alcanzó a inaugurar, porque mientras alimentaba su metrosexualidad la gente se estaba embolsando las rebanadas de pan sin muñeco del niño dios pero con chip, y lo que publicaron y postearon medios y textoservidores campechanos al otro día, me dio una idea.
Que en los mítines la muchedumbre arrase con los frutsis, las tortas, gorras, delantales y camisas y abandone el lugar de inmediato, para no arriesgarse a escuchar las caballadas del candidato ni éste sienta que está desperdiciando su inmenso talento para la oratoria ante la recua de ignorantes que el poder ha fabricado para hacer más fácil el atraco.
Y que al día siguiente, los textoservidores escriban del fervor con el que la gente acogió las propuestas modernas, trascendentes, históricas del Hombre que porta la bandera del cambio y la honestidad con la dignidad y los 9.8 metros por segundo al cuadrado con los que Juan Escutia antepuso el honor de la patria a la barbarie. Foto trucada en Photoshop donde la plebe babea fascinada y el Hombre mira y señala el infinito. Y a partir de ahí, cada quien a salvo en su parcela, felices en el mutuo desprecio.
De nada.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.