De última hora: el diputado federal de extracción perredista, Ariel Gómez, mismo que delató la “abusivez” de los haitianos y solicitó que les pusieran tinta indeleble color blanca “para que no se les repita la ayuda”, se disculpó por sus comentarios: “todo fue una broma que por dejar el micrófono abierto se escuchó al aire”. Para desgracia de kukuxklanes, neonazis y varias señoras campechanas de abolengo rancio, anunció que dejará su programa de radio “por un largo tiempo” y prometió que donará un mes de sueldo para la reconstrucción de ese país.
El legislador también dijo que no piensa ni siente las expresiones que se leyeron de animadversión hacia nuestros hermanos haitianos en desgracia, aunque reconoció que su arrepentimiento no basta.
Bien lo dijo Confucio: “La tinta es un…”, perdón, “El silencio es un amigo que nunca te traiciona”.
La verdad es relativa, sólo la neta es absoluta.
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Bestiómetro
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.
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