El diputado proveniente de lo que queda del PRD, Luis García, subió a Tribuna para despotricar contra Pablo G. Lázarus, exalcalde de Carmen y, al parecer, protagonista exclusivo de sus humedades nocturnas.
Le respondió la doctora Sierra, de Morena, recordándole que hay quienes se dicen de izquierda pero cobran con la derecha. Fue un magistral gancho al hígado que sin problemas firmaría Julio César Chávez. Pero García tiene la resistencia de una cucaracha chilanga y pidió la palabra de nuevo: “Para acusar hay que probar”, le indicó a la doctora Sierra.
Minutos después, en entrevista de banqueta, Luis García declaró que no puede juntarse con los legisladores locales de Morena porque son producto del fraude. Los carmelitas, después de la trágica pérdida de 50 mil empleos, se esperanzaron en AMLO que prometió traer las oficinas de PEMEX y hacer una refinería en Atasta, e incumplió. Luis lo dio como un hecho: PEMEX no vendrá a la isla. Morena jugó con los sentimientos de los carmelitas y por tanto los legisladores son producto del fraude, dijo.
También atacó a los panistas, le recordó a Nelly Márquez cuando viajaba en el avión de Oceanografía, recordó que Mario Ávila desfalcó a PEMEX, los acusó de haber tenido la oportunidad de hacer crecer (¿en grande?) a Campeche y, al contrario, lo saquearon.
Por supuesto, esas objeciones no involucran al PRI. Luis no tiene problemas con el dinosaurio. Tal vez por eso, en la ridícula conformación de comisiones legislativas que armó el tricolor, lo incrustaron en 9, seguros de que su voto será siempre en favor de los intereses del Supremo Idiota y su bancada.
En la entrevista Luis tampoco dijo absolutamente nada de Alejandro Moreno, que hace algún tiempo fue exhibido por cobrar 200 millones de pesos a empresarios carmelitas para “gestionar” contratos con PEMEX vía Mario Ávila, que cabildeó a favor de éste último cuando reventó el escándalo de Oceanografía e hizo lo mismo con Amado Yáñez, propietario de esa empresa, a quien fue a ver a Miami en el mismo avión en que viajó Nelly Márquez para discutir la estrategia jurídica y mediática de su defensa, y que como diputado federal fue uno de los más jacarandosos promotores de la Reforma Energética, cuya entrada en vigor coincidió con la debacle económica de Ciudad del Carmen.
En efecto, para acusar hay que tener pruebas, a menos que exista confesión de parte.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.