Fue la diputada panista Bibi Rabelo hasta la Tribuna y leyó su iniciativa. Jesús, pensé, esta muchacha no tuvo el mismo maestro de Español que su colega Merck Estrada. En resumen, Rabelo propone que: “Todo aquel que tenga un cargo de elección popular de cualquier nivel de gobierno, únicamente podrá apartarse para competir en otra elección de mayoría”.
La propuesta es una carga de profundidad contra Alejandro Moreno. Desde principios del 2017, consciente de su incapacidad, él ha querido huir y ha fracasado reiteradamente: candidatura presidencial, dirigencia nacional del PRI, Secretaría de Estado; y desde el primero de julio, después de la abrumadora tale-guiza que le acomodaron, la huida ha dejado de ser un proyecto para convertirse en urgencia médica que está comprometiendo la salud financiera de la entidad.
Pero Bibi quiere cancelar la carrera de Alito hacia la salvación y sujetarlo aquí, donde sus destrozos, mitomanía y estrategias ridículas (como los audioescándalos y sus peritajes) le garantizan a su padrino político Eliseo Fernández, el alcalde panista de la capital, un apoyo incondicional en su lucha por el gobierno estatal.
Además, la ley “Te quedas, Alito” es una táctica para desviar la atención del ayuntamiento, donde Eliseo está enfrentando las dificultades de ingresar en una dimensión plagada de alimañas e intereses sórdidos del priato, lo normal, pero que él mismo ha complicado innecesariamente con barrabasadas intolerables como llamarle “carga maletas” a un regidor priista o la renuncia obligada, o despido disimulado, del cronista Pepín Alcocer, un grave error.
Ahora bien, esa reforma a la ley nunca será aprobada porque sea al PAN, sea a Morena, Alito entregará el poder a la oposición en 2021, el PRI está muerto, y eso es precisamente lo que quiere evitar. No está en sus planes ser el priista que perdió la gubernatura después de cien años de hegemonía absoluta y usará su mayoría legislativa para protegerse de cualquier impedimento para la fuga.
Pero la estrategia del PAN resultó.
El textoservicio, que actúa por reflejo, salió en defensa del patrón y replicó la iniciativa con un sesgo favorable: Bibi propuso una ley contra chapulines pero los priistas, magistralmente, la pusieron en su lugar al recordarle que Eliseo también es un chapulín. Bravo. Y al divulgar esto los emisarios oficiales cumplen con el papel que les asignaron porque la propuesta condenada a la congeladora, hecha tan sólo para armar escándalo mediático, logra su propósito, se generaliza la versión de que Alito quiere largarse y que el escape será cubierto en el legislativo, y se confirman las razones de su partida: el fracaso absoluto en apenas la mitad del sexenio.
Oh, sí: Merck Estrada no sabe leer pero los animAlitos tampoco: el primero se atraganta con las palabras, los segundos con jugadas políticas por demás toscas como la que ayer les recetaron, una iniciativa intrascendente que ellos convirtieron en movimiento telúrico.
Besitos.
Tantán.
Imagen tomada de Telesur.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.