Informe de gobierno: el momento en que el titular del ejecutivo INFORMA a sus gobernados sobre “el estado que guarda la administración pública”. Qué hizo, cómo y dónde, por qué.
Pero Campeche es el mundo al revés. El gobernador va a su informe a contar lo que cree que realizará: de la Nueva Grandeza de Curi a la Industrialización del Camino Real de Hurtado al Progreso Solidario de Ortega Bernés a etcétera; y los ciudadanos no sólo no protestan por el recuento de esperanzas y la ausencia de hechos, números, realidades, sino que beben el aliento de los farsantes; y no sólo no lloran por lo que somos, la peor economía del país y serios contendientes al primer lugar nacional en desempleo, sino que aplauden. La eterna ceremonia de la que siempre esperamos resultados distintos. La locura es el liberal y heroico padecimiento.
Y mientras demagogos y perturbados mentales se encontraron, olieron y acicalaron hoy 7 de agosto, esta tierra, culpable sólo de haber parido campechanos, se sigue yendo inexorablemente al caraxo entre la institucionalización de la esperanza, felicitaciones al Señor Gobernador, aplausos del respetable y la porra fundamental: Alito, papucho, Campeche te quiere mucho.
Besitos ilusorios.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.