Ahora que nos quejamos del alza en combustibles, aunque nada digamos de los litros incompletos que nos recetan en las gasolineras, es reconfortante saber qué bien vive Romero Deschamps, líder del sindicato petrolero. Además, comprobaremos el refinamiento de gente como Gamboa Patrón, el Niño verde, los senadores y algunos izquierdistas de gustos dudosos. La lista incluye hasta a Juan Camilo, cuyo busto honra el Paseo a los Héroes de Campeche.
Después de esto vuelvo a preguntarme: ¿cómo es que soportamos tanto? Un comentario en You Tube debería atormentarnos: “¿Por qué no somos capaces de reunirnos por causas inteligentes y si por tonterías como lo de thriller de Michael Jackson?”. Faltaría incluir el desnudo multitudinario para las fotos de Spencer Tunick y otras labores a las que ingresamos con inusitado frenesí siempre y cuando se traten de absurdos siderales. En fin.
Bienvenidos a La fabulosa vida de los políticos mexicanos:
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.