Revisando las notas de prensa del maestro García Márquez encontré un artículo llamado “Como ánimas en pena”, en el que incluye la historia del ratoncito recién nacido que sale por primera vez de su cueva, ve un murciélago y asombrado regresa a casa gritando: “¡Mamá, mamá, he visto un ángel!”
Al igual que usted ahora, hipotético lector, reí muchísimo con el cuentecito y dije qué tierno y ja ja ja, pero luego la imaginación me hizo una perrada sin nombre y presentó la misma historia con diferente elenco: los trágicos doce años de Fox y Calderón eran la ratonera, nosotros el ratoncito y Peña Nieto el murciélago, y entonces, horrorizado por esta pesadilla patrocinada por Televisa, corrí como ánima en pena en busca de un cinturón de castidad.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.