Siento en el alma tener que ser yo quien les revele la dolorosa verdad, amiguitos, pero mucho me temo que la investigación contra Alito anunciada por La-ida no es más que una triste farsa montada de prisa para garantizar la impunidad del aliado. Va el porqué:
Al exgoberladrón Calígula Moreno se le puede acusar de todo y sería insuficiente; para abarcar los destrozos de su carrera política habría que inventar nuevos pecados capitales, otra decena de mandamientos y algunos miles de delitos.
Aunque las proezas de Alejandro son desconocidas en el resto del país, en los últimos días la prensa nacional se ha ocupado de él y ha revelado ciertos datos que apenas esbozan sus excesos.
Por ejemplo: los más de 3 mil millones de pesos que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) reportó como desaparecidos en su gobierno; el desfalco en el sector Salud, razón por la que los hospitales del estado son rastros públicos; el gasto en medios de comunicación, que en el país asciende a 65 pesos por cabeza pero aquí rebasó los 650 pesos; la facturación fraudulenta, el sobrecosto en obras, el delirio por las maquetas con el que subsanaba una carencia de infancia: los juguetes que la miseria le negó, y que nos salieron carísimas, etcétera.
Fue monstruoso el saqueo, tanto que da la impresión de que por un revés de la fatalidad la monstruosidad de lo robado quedó plasmada en lo adquirido, lo mismo en la mansión art-naco de Lomas del Castillo que en el rostro de Alito, transformado por las cirugías en una descripción biográfica.
Pero la investigación anunciada por Layda no acude a ninguna de las monumentales hazañas del priista que los diarios nacionales empiezan a comentar. La carpeta se concentra en un caso menor que se conoce como Incongruencia Fiscal.
Alito compró terrenos en unos cuantos centavos y los donó a su mamá que los vendió a precios de yacimientos de litio. Un caso sin riesgos significativos. Habiendo tanto, el “delito” que le imputan al vándalo es un chiste, pero lo que no es chistoso es la razón detrás de ese expediente inofensivo:
Si le caían a Moreno por cualquiera de sus transas de gran calado hubieran tenido que incluir a América, su secretaria de Finanzas que algún papel jugó en el latrocinio; América es sobrina de Layda y es fama que para la señora Sansores robar es paja en ojo ajeno que cuando se conjuga en ojo propio y en familia se vuelve virtud, caudal y encubrimiento.
Así las cosas, la persecución contra Alito es una simulación de Layda para presumir que algo se hace contra la corrupción, un disparate que no tendrá consecuencias, mientras que el formidable asalto al erario permanecerá oculto porque América es el salvoconducto a la impunidad.
Por la famiglia, el jaguar se dará de frentazos en el ombligo de una rata tripulada por el botox.
Llegados a este punto, amiguitos, puedo confirmarles que en este episodio prevalecerá la continuidad histórica y las únicas víctimas seguiremos siendo los liberales y heroicos patriotas.
A la de tres…
Tres…
“El cambio verdadero llegará llegará llegará ra ra…”.
Besitos felinos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.