Después de que Televisa la fusiló con los videos del cash, da la impresión de que doña Jaguara decidió sustituir a la televisora en la labor de dejarla como palo de gallinero, y ahora ella misma embarra el palo.
Fíjense: para “defenderse” Layda ha recurrido a estos disparates que, además, repite con aplomo de heroína: que el dinero era para la gente más necesitada, rebuzno compartido con Pozos; que no hubo mala fe sino la intención de llevar el efectivo donde no hay bancos, barbaridad dicha por Toledo en pleno uso del teleprompter y repetida por la Sansobres; que el recurso y los videos los proporcionó Alito, que todo lo que toca lo pudre; que hubo manipulación para ocultar la fecha de las grabaciones e involucrar a Layda y su campaña política del 2021 en aberraciones electorales.
Como vemos en el párrafo anterior, en las explicaciones del jaguar se mezcla la ayuda a los más necesitados con el dinero aportado por Alito con fines perversos. No una tesis o la otra, las dos cohabitan en el extravío argumental de mi niña Layda.
Detengámonos aquí para sentar un precedente: a pesar de lo conveniente que resulta usar a los jodidos como coartada, no hay forma de que el gobierno entregue dinero en efectivo “para los más necesitados” así como lo vimos. En esas grabaciones la única lógica es la malversación.
En la administración pública hasta para regalar un chicle es necesario llenar 300 formatos y comprobar cada peso con firmas, copias y copias de las copias. Por eso los esquemas para el saqueo son tan complejos: la Estafa Maestra involucraba hasta universidades y en Segalmex, la gran transa de la 4T, simularon compras de grano a empresas fantasmas creadas al vapor para justificar los desvíos.
Por tanto, en este “bejaranazo”, Pozos, Toledo y Rocío cometieron un delito, y si me apuran, no uno sino varios. Son culpables y no hay razón ni sofisma ni acto de fe que los exima. Así que todo intento de Layda por defenderlos es, además de inútil, una declaración de complicidad.
Pero en algo tiene razón la Salomé del Trópico: los videos no son del 2021 ni ese dinero alimentó su campaña.
Ocultar la fecha fue, en efecto, una estrategia para relacionarla con el Buitre Lunático, Aysa, gobernador en ese momento, y con eso armar la fábula de una traición contra Alito y su sobrino, el candidato menso Christian Yadiro.
No obstante, aunque Layda acierta en la manipulación de las fechas, eso no sólo no desaparece las transgresiones de Pozos y adláteres, sino que agrava el escenario para doña Jaguara.
Porque los videos pertenecen a otra campaña, la de 2018, cuando la sobrina de la Sansobres, América Azar, era la secretaria de Finanzas, Rocío Abreu era compañera de fórmula de Christian Yadiro rumbo al senado, Toledo era titular de la Secretaría de Desarrollo Rural bajo las maquetas de Alito y Pozos finalizaba su etapa como senador, y la marmaja que recibieron, facilitada por América, fue para la operación electoral o, para decirlo con la debida propiedad: para el mapacheo en aquella jornada histórica en que, a fin de cuentas, Amlo y los suyos barrieron al prian.
Tons, las fechorías de América, Pozos y los otros no fueron cometidas para ayudar a la candidata Layda en contra de la maquinaria corrupta de Alito en 2021, sino perpetrados en 2018 en favor de Alito y del pri y en contra de Morena, de la 4T, de Amlo.
Y ahora esos forajidos, que dispusieron de bienes públicos y los usaron contra la 4T de Obrador, lucran desde la 4T de Obrador.
Para colmo, Layda ya no puede negar que no tiene conocimiento de los crímenes de sus colaboradores, los vio en video y en cadena nacional, y por lo mismo tiene que separarlos inmediatamente, o antes de ser posible, de su gobierno y, para acabarla de amolar, está obligada a denunciarlos ante la fiscalía o, de lo contrario, ella incurriría también en un delito: el de omisión.
Morenitos de a pie: gocen la venganza. Layda los mató para beneficiar a trapecistas políticos, como ella, que llegaron a los cargos que le correspondían a ustedes en el gobierno del Morena que ustedes construyeron, y ahora, por una gloriosa perrada del destino, doña Jaguara ve su régimen envenenado por los advenedizos que ella prefirió por sobre los verdaderos militantes de la transformación obradorista, ustedes. Salud.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.