Si les ha extrañado que en las últimas dos semanas ALITO no nos ha acatarrado la paciencia con sus mentiras recurrentes, es porque ha estado muy ocupado en el DF, comprando periodistas con el dinero de nuestras deudas para que hablen de él como el salvador del CEN del PRI, y entrevistándose con quien tenga cierto nivel de decisión para prometerle hasta el sacrificio de su PRImogénito si lo colocan como relevo de Ochoa Reza.
Si lo ven, recuérdenle que le espera una entidad endeudada por muchos, muchos años por culpa de esas alucinaciones que le vienen a la mollera cuando consume bicarbonato colombiano (fuentes submarinas, por ejemplo); una entidad que, además, está enferma de atraso y pobreza, es el infierno para los jóvenes profesionistas, agoniza por el desempleo, es torturada cotidianamente por la delincuencia, entre otros males, y que estos, al parecer, son inmunes a las únicas curas que conoce nuestro Supremo Mitómano: saliva y maquetas.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.