Tiene suerte Alito: sabíamos que si bien Layda juraba que le haría justicia a los campechanos y lo castigaría con la cárcel, la realidad tiene otros datos. Alito es intocable para la 4T porque de la bancada del PRI en el legislativo depende la aprobación de la Contrarreforma Eléctrica, y de sus arreglos y desarreglos con el PAN y el PRD cuelga la alianza opositora que él, entregado al inquilino del Palacio Nacional, mueve a conveniencia para facilitar el triunfo de Morena en los seis estados en disputa electoral.
Además, claro, el hedor que esparce el exgobernador impregna a la familia de doña Jaguara que participó con inusitado frenesí en la elaboración de maquetas y otras infamias, lo que le proporciona protección adicional. De complicidades está empedrado el camino a la impunidad.
Así, la situación para Alito frente a sus supuestos perseguidores parecía cosa de retórica sansorista y nada más, pero a partir de la publicación en LatinUs de una investigación de Mexicanos contra la Corrupción en la que revelan las peripecias de uno de los trivagos de AMLO y sus mansiones en Houston, la situación empeoró: Alito fortaleció su blindaje, la retórica se fue por el tracto digestivo del jaguar y el tema de la casa en Lomas del Castillo quedó prohibido para Layda, que se está quedando sin letra para su Cumbia del Cambio.
Hace apenas una semana, Carlos Miguel Aysa fue bendecido por el Patriarca de Lagartos y Pochitoques con una embajada en República Dominicana, y con eso consiguió la redención de sus pecados y le propinó un ¡sho tu boca! a mi niña, que tuvo que archivar las trapacerías del gobernador sustituto.
Ahora, el edificio disparatado de Alito, ejemplo magnífico de Art Naco que Layda prometió convertir en Museo de la Corrupción, no volverá a ser nombrado por ella. Es mejor ignorar la paja en el ojo ajeno. Lo contrario podría desatar el revire brutal del textoservicio, al que le bastaría con señalar la viga (de la mansión de José Ratón López) en el ojo del obradorismo para sustentar que en este país ningún político se salva del oculista, y que la ilusión de que la corrupción prianista es peor que la corrupción honesta de la 4T, que pervive en el pueblo bueno creyente de AMLO, es cantar de ciegos voluntarios.
Oficialmente, amiguitos, en Lomas del Castillo no habrá Museo, pero eso no significa que la corrupción quede sin lugar para ser mirada, reprobada, celebrada: el silencio de Layda y la impunidad indestructible de Alito en el régimen del cambio estarán ahí para demostrar que algunos monumentos son intangibles.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.