Damas y caballeros: les presento la declaración del año, de la década, del siglo, del milenio.
Según el Fiscal General de la aldea campechana, Juan Manuel Herrera, la señora Laura Gabriela Yáñez González, de 46 años y trabajadora eventual de Pemex, no fue golpeada, violada, asesinada e incinerada como sospechaban algunos insensatos e informaron los medios de comunicación, sino que ella fue al cementerio de Isla Aguada cargando un bidón de gasolina, cavó la fosa, se desnudó, se madreó, cometió todo tipo de aberraciones sexuales consigo misma, se acomodó en el hueco, se bañó de combustible y se prendió fuego. Caso cerrado.
Liberales y heroicos burócratas: pueden estar tranquilos. La seriedad con la que se realizaron las investigaciones no deja resquicios para el temor o la incertidumbre. La convincente y por demás lógica explicación aportada por el Fiscal, basada en la ya clásica verdad histérica de Murillo Karam, es la prueba irrefutable de que tendremos Entidad Más Segura hasta tres meses después del fin de la eternidad.
Besitos.
Tantán.
La verdad es relativa, sólo la neta es absoluta.
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Escrito Por
Bestiómetro
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.
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