Mamá Layda y Ronny, víctimas colaterales

Pues ni modo, se acabaron las vacaciones. Aquí vamos de nuevo.

El miércoles pasado, en otro vergonzoso episodio legislativo, los diputados morenos, acompañados del pri y la morralla restante, eligieron como fiscal anticorrupción a la peor opción posible: la señora Silvia Moguel Ortiz, que aparte de ser la propuesta del goberladrón sustituto Carlos Miguel Aysa za za yacuzá yacuzá, lo que garantiza la absoluta inoperancia de esa fiscalía, tiene entre sus muchos logros burrocráticos el haber integrado el órgano judicial que se instauró para revisar la denuncia de fraude electoral interpuesta por Layda Sansores en 1997, denuncia que fue desechada para darle el triunfo a González Curi.

Así es, amiguitos: los diputados morenos pertenecientes a la ganadería de mamá Layda eligieron como fiscal anticorrupción a la misma magistrada que aniquiló los sueños de mandataria estatal de la Sansores y de paso barrió con la primera manifestación contra la oligarquía que ha saqueado impunemente al estado. Ah, las convicciones morenas: tan firmes como un pedo en un huracán.

Además de la traición a los principios que juraron defender, con la elección de la señora Moguel Ortíz los morenos participaron en el segundo paso en el proceso de lavado del multimillonario robo de Alito, y lo hicieron con la misma enjundia con la que se desempeñaron en el primero: la licencia al cargo de gobernador de Moreno Cárdenas para ir a alimentarse de otro cuerpo agónico, el pri nacional, y la llegada de Aysa za za como goberladrón sustituto encargado de enjuagar la mugre.

Así, la última cuenta pública responsabilidad de Alito será aprobada pronto y con mención honorífica por el legislativo controlado por el gobierno estatal, con la entusiasta colaboración de la mesa que más aplaude, la de Morena. Y después, cuando llegue el turno de revisar las trapacerías de Aysa za za por el nuevo gobierno en 2021, la señora Moguel estará ahí para la absolución de todos los pecados.

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La elección de la nueva fiscal pro corrupción trajo como consecuencia un enfrentamiento entre mi amigo Ronny Aguilar y dos diputadas de Morena, Selene y Eduviges. Fue al terminar la sesión legislativa del miércoles pasado y transcurrió más o menos así:

Ronny a Selene: “¡Son unos vendidos!”
Selene a Ronny: “¿Por qué me acusas de vendida?”
Ronny a Selene: “Porque votaste por la candidata de Aysa para la fiscalía”.
Selene a Eduviges: “¿Cómo ves que éste nos está acusando de vendidos?”
Eduviges a Ronny: “¡Yo no soy ninguna vendida! ¡Compruébalo!”
Pasa por ahí la doctora Sierra, diputada de Morena. Eduviges le dice: “¿Qué le parece, doctora, que éste nos está diciendo vendidas?”
La doctora Sierra responde: “¡Ay, hijita, pues es que la verdad sí se ven muy mal!”
Ronny a Eduviges: “Está comprobado. Has votado siempre a favor de los intereses del gobierno del estado, hasta aprobaste la licencia de Alito y ahora apoyaste a la candidata de Aysa”.
Eduviges a Ronny: “¡Qué te pasa, si Carlos Miguel Aysa es el mejor gobernador que ha tenido Campeche!”

Al día siguiente de su discusión con Ronny, Eduviges subió a la tribuna del congreso para denunciar las ¿agresiones? del periodista y exigir que le fuera negada la entrada al redil legislativo. Su reclamo cosechó muestras de solidaridad por demás sospechosas, como la de Lupita Torres Arango, presidenta de la comisión de equidad y género.

Lupita Torres subió a la tribuna y manifestó “sororidad” con su colega, hecho que sería conmovedor y plausible si no fuera tan avieso por selectivo y oportunista, porque Lupita hizo nada ni se solidarizó con nadie cuando la diputada Biby Rabelo fue víctima de acoso por parte de algún asistente a la sesión que le fotografió la retaguardia, la subió a redes sociales y provocó insultos y bajezas por parte, incluso, de funcionarios estatales y textoservidores. Y la misma Torres Arango, tan solidaria con Eduviges, pasó hace algún tiempo al basurero de la historia legislativa por el absurdo de que siendo mujer, siendo presidenta de la mesa directiva, teniendo el voto de calidad para romper el empate en la votación por la creación de la Comisión Estatal de Búsqueda de Desaparecidas y Atención a Víctimas, sufragó en contra y destrozó la oportunidad de luchar con mejores herramientas contra la violencia de género y los feminicidios, fenómenos a la alza en Campeche.

Recurrir a la violencia de género en un tema como este es ridículo, incluso para Eduviges; pero que lo use quien se negó a ayudar a las víctimas de verdad de esa violencia es infame, aun tratándose de Torres Arango. Y lo que es peor: esta charlotada de denuncias y solidaridades siniestras termina por revelar el alcance de las complicidades y por darle la razón a quien pretenden denostar. Así es, Ronny: PriMor es el nombre del burdel.

Besitos.

Tantán.

En la imagen, Eduviges. La líder de colonia del pri que un día, gracias al efecto AMLO, amaneció convertida en diputada Morena.