Si Morena fuera oposición, los diputados locales, buena parte de ellos de origen carmelita, y los legisladores federales estarían ahí, al pie del trabe fracturado del Puente de la Unidad, cumpliendo con el deber de la memoria y de la denuncia contra los responsables de esta desgracia en ciernes: Calderón y Tradeco en primer término, que iniciaron la construcción del nuevo puente hace 10 años y desaparecieron 800 millones de pesos, y que contaron para sus pases mágicos con la entusiasta colaboración del entonces gobernador Purux Ortega Bernés.
Continuarían con Peña Nieto que prometió terminar el puente, engaño que ejecutó en perfecta sintonía con el goberladrón Alejandro Moreno Cárdenas, y a este último le pedirían cuentas por el préstamo de mil 200 millones de pesos que solicitó para concretar la obra, préstamo que pagaremos en 20 años y obra que debió quedar hace varios meses pero, por los extraños manejos de los recursos en este sexenio de rapiña desbocada, todavía está en veremos.
Si los morenos legisladores fueran opositores de verdad, estarían ahora en la caseta, impidiendo que los viajeros paguen por arriesgar la vida en un puente que ronda la tragedia desde hace mucho pero que sigue funcionando por la negligencia, la corrupción, la irresponsabilidad criminal de los gobiernos del PRI y del PAN.
Pero los legisladores morenos pertenecen al burdel de Alejandro Moreno Cárdenas, como antes, bajo las siglas de Convergencia, fichaban en el de Ortega Bernés, y en ese papel de oposición prostituida fueron y son parte de la irresponsabilidad criminal que ha llevado a la entidad al fracaso y que tiene al viejo puente colgado de avemarías y padresnuestros. En este tema, como en el otro que tanto nos duele, el de los hospitales, los morenos voltearán a otro lado. Eso sí, tal vez Aníbal le saque provecho, el silencio cómplice es favorable para la jubilación que se acerca y requiere tranquilidad, sobre todo económica.
El sábado anduvo por aquí el adalid de la Cuarta Transformación. Vino a derramar bendiciones, a purificar pecadores y a contener rechiflas, luego se fue a caminar sobre otras aguas. Con el Mesías aquí o allá el caso es el mismo porque la tercera putrefacción permanece inmutable y, sin importar si son fifís, entenados del rabí de Macuspana, ganso, comején o huachicol, la aspiración de sus integrantes es la misma: seguir prendados de la generosa ubre campechana.
Besitos.
Tantán.
En este artículo:
Escrito Por
Miguel Villarino Arnábar
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.
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