Ayer, por fin, se desató la cacería contra Eliseo, el exalcalde de la capital campechana, con una serie de allanamientos que incluyeron las casas de su mamá, de amigos y colaboradores, y hasta de la alcaldesa Bibi Rabelo, que estaba festejando cumpleaños.
Fue una operación pasadita de infamia, como de rinocerontes rabiosos en el Museo de Taipéi, el sello característico del fiscal Juan Manuel Herrera que tanto deploramos y que jamás habría sido permitido por alguien con el prestigio y la sensibilidad de Renato Sales Heredia si estuviera a cargo de la Fiscalía.
Días antes, la policía capturó a gente cercana a Eliseo. Las capturas tienen el propósito de presionar a los detenidos para que se acojan al Criterio de Oportunidad, versión mexicana de los Testigos Protegidos gringos y cuyo nombre en latín es “Caraveazo” y en náhuatl es “Lavallecidio”.
Es decir, atrapan a los socios del alcalde para que estos, con tal de librar el proceso judicial, lo culpen hasta de ponerle achiote radiactivo al tinte de doña Layda. Con esos testimonios la Fiscalía arma caso y Eliseo asume la posición de yoga conocida como “de la grúa”.
La cacería va deprisa y es que se acerca el primer informe de labores de doña Jaguara que, sin la aprehensión de Elibb, se basaría sólo en la transmisión del “Detrás de cámaras” del Martes del Jaguar.
Sí, lo sé, es muy extraño que de los tres personajes que Layda acusó reiteradamente de corrupción durante los meses de campaña política, Alito, Aysa y Eliseo, sólo este último esté en problemas.
¿Por qué Eliseo sí y los otros no?
La respuesta es que Aysa ha sido tocado por el Hado Padrino de Palacio Nacional y desde entonces sus aventuras en la Ciudad Administrativa han sido enterradas bajo toneladas de santidad, y Alito permanecerá impune porque también es aliado de Amlo y además integró a la familia de la Sansores en el saqueo a Campeche.
Eliseo, en cambio, no es ni aliado ni cómplice, es un adversario político y, por tanto, su eliminación es obligada.
Estoy de acuerdo con ustedes: los tres deberían ir a la cárcel por sus crímenes contra la entidad, pero sólo uno lo hará. Como siempre, en el gobierno del cambio verdadero la legalidad ha sido intoxicada por los intereses políticos y el remate será el esperado: justicia selectiva. Veremos cómo explica esta aberración el fiscal Juan Manuel Herrera.
Ahora bien, allanamientos van, destrozos vienen y Eliseo no aparece. No dan con él. Debe estar escondido en la misma caverna donde vegeta la lealtad partidista de un Aysa. Eso preocupa.
Es por eso que en Bestiómetro, ganosos siempre por colaborar con las grandes causas de la humanidad, proponemos una idea para que la Fiscalía mejore sus parámetros de rastreo y se acerque a su objetivo, tum tum tsss: que la búsqueda se realice mediante una consulta popular.
Así es, que el pueblo bueno aplique la legendaria sabiduría que le atribuye Obrador y defina el lugar que la autoridad debe allanar. Con la infalibilidad popular no hay lactancias. Y no, no se detiene ahí nuestra aportación:
Si bien el pueblo es sabio, no hay que cargarle toda la chamba, menos ahora que la rifa del avión, la consulta para enjuiciar expresidentes, la revocación y la farsa de la contrarreforma eléctrica lo tiene exhausto. Así que en Bestiómetro también proponemos algunas opciones para que el respetable, desde la comodidad de su hamaca, elija el sitio exacto que los rinocerontes policíacos convertirán en cagadero de chivo. Va:
a) El aeromuerto de Santa Lucía, espacio ideal no sólo para ocultarse una eternidad y tres horas más, sino también para la meditación trascendental por su ambiente tranquilo, libre del bullicio citadino y del estrépito ensordecedor de los aviones.
b) La oficina de la gobernadora Layda Sansores, abandonada y olvidada desde que la señora rindió protesta como titular del ejecutivo el 15 de septiembre pasado y se fue a vivir a la CDMX.
c) Plaza del Mar, sobre todo el monumento a las escaleras eléctricas, páramo en el que no se ha registrado actividad humana desde mediados de los años noventas.
d) La mansión de Alit… perdón, olvidé que esa edificación y su dueño son sagrados para la Salomé del Trópico.
e) Las pedaleadas de Marcela, evento al que sólo asisten Marcela y su certero y eficaz instinto policiaco, el mismo que con precisión quirúrgica ha destruído la baja incidencia criminal que había en la entidad y la ha elevado hasta en un 974 por ciento. Ahí le iría mejor a Eliseo que a Layda en clase de Zumba.
Esperamos que estas opciones ayuden al pueblo bueno y sabio a tomar una decisión vital para que la Fiscalía encuentre al que busca, la sociedad descanse de tanta truculencia, y Eliseo inicie su campaña al gobierno del estado bajo el auspicio de doña Layda y sus aSesores.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.