Es fama que en un arrebato patriótico, doña Layda Sansores envió a sus colegas senadores que aprobaron la Reforma Energética a privatizar a las señoras que los cargaron en sus vientres con dolor y cansancio, entre ellos Pozos, Rosas y Lavalle.
Es fama también que esa Reforma significó un robo a la nación, según la versión que AMLO se ha encargado de difundir. Muy bien.
Tenemos hoy que después de trepidantes episodios en los que participaron actores de primerísimo nivel, como Emilio Lozoya, Pío López Obrador, unas bolsas de papel de estraza repletas de dinero y un contador campechano, confirmamos que la Reforma Energética no sólo fue un asalto a mansalva contra los mexicanos sino que, según la FGR, en su aprobación hubo manejos siniestros en los que resaltan los sobornos de Odebrecht que fueron operados, presuntamente, por Jorge Luis Lavalle Maury, quien ya se encuentra en el Reclusorio Norte acusado de lavado de dinero, asociación delictuosa y cohecho.
En un mundo normal, lo anterior le hubiera servido a Layda Sansores para recordarnos que tuvo razón desde siempre y así apuntalar su campaña política, que anda dando tropiezos, porque no sólo acertó en mandar a sus colegas legisladores a privatizar a sus mamitas sino que había mucha, mucha carga de profundidad en los tejemanejes que terminaron por rematar lo que quedaba de la riqueza petrolera nacional.
Pero no. En unos de esos extravagantes cambios de opinión que han sido la constante de su carrera política, Layda ahora defiende a Lavalle y lo hace con esmero, dedicación y sin mencionar privatizaciones maternas.
La verdad no entiendo. ¿Qué sucedió en la cabecita de doña Layda, qué interés existe en esta defensa de quien no hace mucho era un repugnante vendepatrias, según ella, y que además ha sido encarcelado por instrucciones de AMLO y por la FGR de la 4T, la tetratransformación en cuyas filas milita la Sansores?
¿Por qué este cambio de rumbo justo ahora, cuando enfrenta un momento muy delicado en su cuarto intento por llegar a la silla que una vez fue de su papá?
Tal vez por estos disparates de la señora y por la guerra declarada de Pozos en contra de Renato, que le está costando carísimo a Morena, es que enviados del centro del país llegaron a tomar el control y a poner orden en la campaña de doña Layda. Ojalá logren rescatar esta candidatura que es la única esperanza de deshacernos de Alito, su sobrino menso y sus maquetas, aunque sea para que vuelvan Fernando Ortega y Sarmiento.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.