Hace más de un año, Renato cometió el error de aliarse al PT, partido cuya única función es ser satélite del gobierno estatal, cohabitación que Alito y Ana María, la dirigente petista, llevaron a sitios insospechados y que a Sales, ahora, le costará sangre, sudor y lágrimas superar.
Es fácil demostrar los arrumacos: el PT es en teoría un partido opositor y Alito un mandatario que cometió todos los pecados capitales y violó todos los mandamientos; en suma, el gobernador perfecto para opositores ansiosos de ganar militantes y votos, y sin embargo no hubo una sola crítica petista a las aberraciones del Calígula del barrio. La sumisión fue total.
Ahora bien, en el PT cobijaron a Renato en tanto su aspiración era la gubernatura, porque eso encajaba con el proyecto de Alito y su sobrino. Sales, según ellos, dividiría el voto de izquierda y el de la clase media que no tolera al PRI y tampoco a Layda, y eso le daba a Christian Yadiro posibilidades de competir con el ilusorio voto duro.
Por eso es que durante la estancia de Renato el PT disfrutó de recursos extraordinarios para promoverlo. No es difícil adivinar quién era el que aportaba el dinero.
Pero luego todo cambió. Layda Sansores regresó como candidata a gobernadora por la alianza Morena-PT y en la distribución de posiciones al partido de Ana María le tocó la candidatura de la capital, que por lógica era para Renato. Ahí fue donde la hembra porcina torció su apéndice posterior (la puerca torció el rabo).
Sales en Morena contra Bibi Rabelo de MoCi en disputa por Campeche, y en Carmen Pablo Gutiérrez de vuelta para vengarse del fraude del 2018, son garantía de que la opereta del sobrino gobernador finalizaría sin haber empezado. Alito tenía que moverse rápido y lo hizo.
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De pronto, en el PT empezaron a encontrarle defectos a Renato y Ana María sacó tres competidoras que le disputarían la candidatura al hombre que un día podía ganar la gubernatura y, al siguiente, no le alcanzaba ni para una contienda interna en un partido residual.
Renato se fue, dolido me imagino, pero la realidad es que hizo méritos para que lo destrozaran. Fue un tropiezo grande buscar una candidatura en un membrete de su enemigo y nunca entendí por qué aceptó el nombramiento de reclutador del PT cuando no hace mucho era el Comisionado Nacional de Seguridad. Ahora el daño está hecho. Ojalá que esto le sirva para entender los rudimentos de este negocio.
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Ah, pero no bastaba que Renato se fuera. La intención de Alito es eliminarlo de la competencia usando el sistema judicial, lo mismo que a Lázarus.
Unos días después de la ruptura con Sales y de haber sido sorprendida saliendo de la mansión de Calígula Moreno, Ana María enfermó de una cardiopatía; lo supimos porque compartieron su foto en la clínica.
Al mismo tiempo que la foto surcaba el ciberespacio, el marido de Ana María armó conferencia de prensa en la que había gente de toda la entidad, que por supuesto no fue acarreada; ahí denunció que la enfermedad de su mujer se debía a la tensión causada por las amenazas recibidas por parte de Sales Heredia. La conferencia tuvo amplia difusión en los medios de Alito.
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Hoy Renato se inscribió como candidato de Morena a la alcaldía campechana, pronto Alito lo denunciará a través de Ana María por amenazas y violencia de género y el absurdo será bien recibido por el tribunal (con minúsculas) que procederá a invalidar las aspiraciones de Sales.
Así, un feminista como Renato, que en su desempeño como procurador de Campeche creó el Centro de Justicia para la Mujer, lo que le valió reconocimientos internacionales, será denunciado como agresor de mujeres por Alito, el mismo que como gobernador ordenó ocultar feminicidios, destruyó el Centro de Justicia para la Mujer, boicoteó la creación de la Comisión de Búsqueda y Atención a Víctimas, protegió una campaña de misoginia institucional contra la diputada Bibi Rabelo, frenó las órdenes de restricción en casos de violencia y se ganó alertas de género en ocho municipios. Un asco.
La degradación que Alito ha traído a Campeche es, quizá, irreversible, y esto no ha terminado. Enfermo de la mollera, está obsesionado por seguir destruyéndonos a través de Christian Yadiro y, dado que desde hace mucho perdió toda brújula moral, si alguna vez la tuvo, lo que veremos en los meses siguientes será la infamia desbocada que no se atraganta con remordimientos de conciencia ni con otras formas de debilidad humana.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.