Voy a revelarle algo pero sólo a usted; por favor no lo comparta con nadie: la revocación de mandato es, ya, un fracaso. No lo dice un fifi, lo dice Pitágoras.
Para que la revocación sea válida tendría que participar el 40 por ciento del padrón electoral: 37 millones 470 mil personas aproximadamente. Pero debido a la reducción del presupuesto del INE solo se instalarán 57 mil casillas con mil 500 boletas en cada una.
Suponiendo una votación torrencial en la que se emitiera un voto por minuto en cada casilla en los horarios habituales, se alcanzarían 34 millones 200 mil votos, lo que representa 3 millones 270 mil votos por abajo del 40 por ciento necesario para hacerla legítima.
El fracaso es un hecho.
Ahora bien, según la ley de revocación de mandato que el propio partido de AMLO promovió y aprobó, se deberían instalar el mismo número de casillas que en la elección en la que resultó ganador Obrador en 2018: 161 mil. Eso dice la ley.
Pero los morenos decidieron atentar contra su propia legislación y negaron los recursos para que el ejercicio se efectuara acorde a lo estipulado. ¿Por qué?
La historia oficial, repetida por AMLO y sus achichincles, es que los consejeros del INE debieron renunciar a sus sueldos, acostumbrarse a la austeridad y con eso alcanzaba para cumplir con la ley. ¿Pero de cuánto estamos hablando respecto al salario de los consejeros y los recursos arrebatados al INE por el congreso?
Según el portal de Transparencia del INE, los consejeros electorales, incluido el consejero presidente Lorenzo Córdova, tienen un salario bruto mensual de 262 mil 634 pesos, y de 179 mil 52 pesos con impuestos. Entre Lorenzo y los otros 10 consejeros, todos juntitos y de la mano, se llevan algo así como 30 millones de pesos anuales.
Lo que AMLO y Morena le recortaron al INE fueron 5 mil millones de pesos en 2022. 5 mil millones de pesos. Además, para la revocación se requerían 3 mil 800 millones de pesos, el equivalente al salario de todos los consejeros durante 127 años.
El ejercicio de revocación se efectuará con mil 600 millones de pesos y 57 mil casillas. Se acabó.
Eso sí, la marmaja de los partidos no se tocó. El INE les entregará 5 mil 543 millones 960 mil 204 pesos este año. Morena se llevará el 40 por ciento de ese recurso.
Boicotear la revocación de mandato reduciendo el presupuesto es plan con maña.
AMLO sabe que no saldrán a votar 40 millones de personas por una payasada impulsada desde Palacio Nacional para acariciarle el ego, pero por si sí o por si no decidió garantizar que la revocación sea un fiasco, con eso gana un argumento para bombardear a los actuales consejeros. Quiere un organismo a modo para manipular las elecciones venideras.
La revocación es un pretexto, el objetivo es el INE y lo estamos viendo. En un portento de sincronía, los morenos despedazan la veda electoral y acusan al Instituto de censura, de no permitirles hacer propaganda, de violar consistentemente lo que, ¡por Dios!, los mismísimos legisladores de Morena prohibieron expresamente en su ley de revocación y el INE tiene que obedecer.
Con estos antecedentes, ya sabemos que revocación de por medio seguiremos en las mismas: no regresará el maldito neoliberalismo que suministraba quimios de agua salina a niños con cáncer, sino que se quedará AMLO que prefiere no comprar medicamentos oncológicos. Sí, tristemente las criaturas siguen muriendo, pero ya no con la marca letal del capitalismo asesino de antes sino con la bendición de la generosa transformación de país que encabeza Obrador, generosidad que lo mismo aniquila niños que instituciones.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.