En pleno uso de sus facultades hormonales, dos jóvenes de la UAC cogieron un teléfono y grabaron sus urgencias sexuales en un video áspero, salpicado por diálogos que hacen ver los de las películas porno como obras de Charlie Kaufman. La grabación llegó a la Internet, se propagó vertiginosamente y fue el disparo de salida para las almas virtuosas, que armaron un escándalo donde lo peor no era el anacrónico puritanismo, que ya es decir, sino la gigantesca hipocresía.
La mojigatería inundó redes sociales y llegó a periódicos y programas de televisión; de repente todo era bochorno, perversión y lamentos: a dónde se fue el Campeche en el que el agua se repartía en carretas y la gente era decente hasta la anorgasmia. En ese coro griego hubo quien señaló a la rectora de la UAC como responsable del crimen. Aparte de meter a estos jóvenes en un curso de cortometraje y regalarles un teléfono con cámara de chingocientos megapíxeles, ¿qué hubiera podido hacer Adriana? Nada. Pero tanta santidad mal digerida tenía que canalizarse hacia algún lado.
Ahora bien, este terrorismo moral se me hace sospechoso porque no mide con la misma vara, sino que selecciona a sus víctimas en función de una extraña jerarquización de los pecados. Un recuento de sucesos recientes y el silencio que los envolvió confirman que los adalides de las buenas costumbres usan talco boratado Dos caras:
a) Ahora sabemos a ciencia cierta que la transa de Ruelas, Romellón y Betty fue superior a los 40 millones de pesos, más salarios y otros privilegios que gozaron mientras estábamos con las manos arriba. No obstante, Ruelas se da golpes de pecho y se promueve como precandidato panista al Cuarto Piso ante la brutal indiferencia del respetable.
b) El rete publicitado triunfo del sexenio, la cosecha record de maíz, se pudre en bodegas por los bajos precios del mercado. Eso sucede cuando se produce no en función de la oferta y la demanda, sino de la sensibilidad burocrática: lo conducente, señor licenciado, es aquello que suene más bonito en el Informe y se lea chido a ocho columnas.
c) Me.
d) El gobernador besucón no pudo inaugurar la planta envasadora de la mielera porque un grupo de disidentes pagados por la Secretaría de Gobierno lo impidió. Un evento del gobierno del Estado saboteado por el propio gobierno del Estado. Al parecer, los ministros solidarios son inmunes a los besitos que asesta su misma especie.
e) Ga.
f) La presentación de Gloria Gaynor fue un desastre; a pesar de eso los organizadores sobrevivieron en sus cargos y hasta se dieron tiempo para presumir su sideral estupidez. El secretario de Cultura (y Belleza), Carlos Vidal, animalito de cabellos largos e ideas cortas, declaró que no importaba el fracaso porque se trató de un evento privado. Privado, sí, pero pagado con dinero público: cuatro millones. Casi el presupuesto anual de los zapatitos solidarios.
g) Dre.
h) Otro desfalco, ahora en Secud, por 16 millones de pesos y la respuesta de las autoridades es una tesis conocida: el ladrón solitario. No es descabellada la posibilidad de que su nombre sea Mario Aburto.
i) Na.zinko. igual a trez.gisterio, a somos una de las entidades mas atrasadas y miserables, el futuro que estamos edificando naso, s
j) En el sexenio del Magisterio, Campeche logró uno de los cuatro últimos lugares nacionales en matemáticas y lectura según la prueba Pisa. Si usted, picarón, intuía que madreando a unos profesores, solapando a otros y regalando zapatitos el gobierno no abonaba gran cosa a la educación, acertó.
k) Je.
Pecados veniales los de arriba, supongo, porque la respuesta ha sido un espeso silencio. Sigamos.
Un pasante de medicina ha muerto dos y media veces. La primera, asesinado en una comunidad del municipio de Carmen; la segunda, cuando la prodigiosa imaginación ministerial llegó a la conclusión de que se suicidó cosiéndose a puñaladas; y la tercera está en marcha: carpetazo y olvido. Otra vez, silencio.
El cáncer cérvico uterino es una muerte de lenta gestación que demora en promedio 25 años en llegar a la fase terminal y es evitable en un 100 % cuando se diagnostica en sus inicios. Sensible en este punto, Jorge Carlos Hurtado impulsó el programa de detección temprana con muy buenos resultados: sólo dos casos sin remedio en 2009. Pero Enrique Iván, en su versión priista al frente de la Secretaría de Salud, lo boicoteó y como consecuencia se incrementaron los índices de cáncer invasor, es decir, incurable: nueve en 2012 y la proyección para este año es de más de 12.
Enrique Iván hoy funge como alcalde de Carmen y su preocupación es aumentar la deuda municipal en 300 millones de pesos. Las tragedias que dejó en su paso por Salud no han merecido ni la misericordia ni el enojo de nadie más que del doctor Gantús, que lo ha denunciado en varias ocasiones para encontrar, invariablemente, el silencio.
Después de este balance la conclusión es elemental, mi querido Watson: las almas virtuosas de Campeche toleran sin atragantarse el robo, la irresponsabilidad y el homicidio, pero no dudan en lanzar primeras piedras si alguien comete la irreverencia de obedecer los mandatos de la carne y lo documenta en video.
Brevestialidad
Que mi opinión, tan escéptica sobre la gratuidad y el “modelo de negocios” de La Opinión, haya sido publicada en ese diario el domingo pasado es una muestra de sensatez, incluso de elegancia, excentricidades en un medio periodístico habituado a rebatir la crítica con descalificaciones baratas que oscilan entre el alcoholismo, la homosexualidad o el americanismo. Bien ahí, Mauricio Castillo.
Nos vemos la próxima semana.
Besitos.
@Bestiometro
La verdad es relativa, sólo la neta es absoluta.
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Escrito Por
Bestiómetro
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.
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