Telesur estuvo en el aire en Campeche como 4 segundos gracias a la invitación de Cablemás e Izzi que así trataron de revertir la epidémica huida de suscriptores; y después de esos 4 segundos, Telesur fue desterrado otra vez por orden de Telerisa, la misma empresa que hace tres años y medio los pateó por (seleccione una de las opciones):
a) Trasmitir un concierto de Paulina Rubio sin el permiso correspondiente.
b) Petición de Alito a un ejecutivo televiso que es su muñeco inflable.
c) Inciso b.
d) Ninguna de las anteriores salvo aquella que los puso a pensar en Alito en tanga usando una bomba de aire.
Telerisa volvió a exiliar a Telesur a pesar de la inconformidad de sus socios Cablemás e Izzi. En el canal esperan un comunicado oficial, dicen no tener claro qué sucedió. Los rumores son confusos. Por suerte, fui como todos los viernes fui al Frapp Malecón (anuncio sin fines de lucro) donde me reúno con unos personajes siniestros que siempre están en contra de todo y a favor de nada, y ahí supe los detalles de este drama.
El culpable de la nueva infamia contra los telesures no podía ser otro sino Alito, y otra vez con la participación en un papel secundario pero ladilloso de la Famiglia dueña de Trifulca y Telemal.
En realidad, Telesur no representa ningún peligro para nadie porque la única independencia crítica que se permite es contra las reinas del carnaval. Cuando mucho iba a ser una voz más en el coro de elogios al mejor joderladrón que hemos sufrido. Pero en Alito los rencores son perdurables y no olvida que en Telesur lo señalaron como un vivales que falsificó sus actas de nacimiento, usurpó el título de abogado egresado de la UAC y compró otro en una universidad particular donde nadie lo vio nunca.
Además, el desmantelamiento de Telesur para fortalecer los medios de Alito, Sipse y Mayaprisión, no ha terminado aunque va por buen camino. Pronto verán a un destacado conductor de noticieros del canal del malecón aparecer en la empresa que alguna vez fue del Pato Duarte. Con eso y con los otros medios adquiridos por el Supremo: El Sur, Crónica y Novedades, queda listo el paquete para la confrontación electoral y para los siguientes tres años en que el fracaso de este gobierno, que ya es evidente, necesitará toneladas de maquillaje mediático para engañar idiotas, maquillaje que será patrocinado por el estado y que irá a engordar las cuentas bancarias del encantador de maquetas.
Una locura. Si en 2017 nuestro gobierno dilapidó casi mil millones de pesos en publicidad oficial, es decir, en la fumadísima promoción del Supremo presidenciable, imagínense cuánto de nuestro dinero destinará Alito a sus propios medios de comunicación para intentar salvar su régimen de ocurrencias y barbaridades.
Por otro lado, la Famiglia no sólo es dueña del diario más vendido y de Telemal, sino también de un sistema de cable que se alimenta de los despojos mortales de Cablemás e Izzi. El regreso de Telesur, por tanto, significaba un riesgo para la salud y el crecimiento de su cablera, además de un bofetón en la jeta para quienes se han ganado un lugar de honor en la perrera de Alito al convertir su emporio en sede oficial de la adulación más rastrera al poder. Protestaron.
Así que, para celebrar sus rencores y respaldar a la Famiglia que es su aliada, el Supremo recurrió again a su ejecutivo televiso amaestrado y ofreció un arreglo ventajoso: elevar el pago mensual a Telerisa por publicidad, que ya es cuantioso, a cambio de mantener lejos a Telesur y sin importar que Cablemás e Izzi sigan hundiéndose. A fin de cuentas el dinero para solucionar el caso es de los campechanos, una muchedumbre dócil que sólo protesta si no los dejan ingresar al show de Maluma, y Cablemás Campeche (el sistema Cablemás más pequeño del país) y su triste destino poco importan si la empresa matriz, Telerisa, recibe más dinero sin la obligación de compartirlo.
Todos felices.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.