38 mil millones de pesos costará la reconstrucción de la CDMX después del terremoto.
Moreira, solito, desapareció 35 mil millones en Coahuila.
Duarte, entre 40 y 60 mil millones en Veracruz.
Ocho gobernadores priistas diluyeron 185 mil millones de pesos, un expediente que se ha ido traspapelando entre las desgracias cotidianas, como tantos otros.
Fox y Calderón dilapidaron un billón 281 mil 902 millones de pesos de excedentes petroleros.
Cuando la reconstrucción de una ciudad, una de las más grandes del mundo (después de un sismo que sentó otro precedente macabro en la historia nacional) cuesta lo mismo, o un poco menos, o una quinta parte, o una fracción microscópica del dinero que nuestra clase política desvía para el pago de favores, placeres y la construcción de sus fortunas personales, entonces es tiempo de repensar esta república representativa, democrática y federal. Tal vez está enferma.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.