Eso que ven en las fotos es obra de la ingeniería militar aplicada en la construcción del Tren ligero, ocurrencia laydista en la que vamos a desperdiciar 5 mil millones de pesos.
Eso que ven en las fotos es la zanja que rodea el aeropuerto, el lugar donde recala el agua de lluvias que viene desde el Valle de Edzná y se redistribuye para impedir que Cuatro caminos y otros fraccionamientos se vayan a pique.
Es la zanja que evita que Campeche, ciudad botín de constructores asociados al gobierno que se enriquecieron condenándonos al desastre, ciudad rota, quede sumergida.
Es lo que frena que el aeropuerto derive en muelle.
Los ingenieros militares consiguieron arruinar la zanja que ningún engendro con poder sexenal, ninguno, se atrevió a tocar por el riesgo que entraña para la precaria situación de Campeche respecto a lluvias, huracanes y fenómenos parecidos.
Los inges taponaron las salidas de agua e involuntariamente crearon canales. Sí, asi es: los milicos son mejores combatiendo al crimen organizado que edificando lo que sea.
Pues bien, en vista de que ya tenemos canales, el Tren que Layda llamó ligero ahora tendrá que ser anfibio, y esta propuesta no es definitiva.
No es definitiva porque según el proyecto el trenecito pasará por barrios de casas abigarradas y densamente poblados, y si bien el ejército es capaz de arrasar con todo como lo hizo con la selva y los cenotes, es de esperar que la sociedad se alborote ante la devastación y se enfrente a la locura senil de la Jaguara, la obra se detenga y la única solución posible sería que, además de tren y submarino, el armastoste sea avión.
Por lo anterior, para que no sigan atacándome porque critico y no propongo, aquí les va una idea: ni tren ligero ni Nautilus ni Boeing 747, que lo que aquí se está haciendo está más allá de toda categoría conocida.
Es una apuesta nueva y revolucionaria por la inclusión.
Es la vanguardia respecto al derecho fundamental a la igualdad de género.
Lo que Campeche tendrá será… el primer Tren No Binario de género fluido, el unicornio de los ferrocarriles, el jaguar sobre rieles que canta Over the rainbow.
De nada.
Besitos que del chu chu chu llegan al glu glu glu,
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.