La luchadora social antes conocida como Layda Sansores, y ahora como “La suculenta Layda”, acompañada de su mitin portátil, se presentó en la posada de los trabajadores del Ayuntamiento de Campeche para reclamar al edil no haber cumplido su compromiso de recibirla, tal y como Mario Pacheco, achichincle municipal, había prometido. Para “La suculenta Layda”, la reunión era importante porque ahí presentaría el show que la ha hecho famosa desde 1997 y cuyo tema principal, hoy por hoy, es el busto de Mouriño en el Paseo de los Héroes, atrevimiento que “La sucu” imputa al munícipe panista.
Después del incidente, Rosado Ruelas argumentó que no tenía nada que ver con el asunto del busto (de Juan Camilo), y retó a la luchadora social antes conocida como Layda Sansores, y ahora como “La escultural Layda”, a quejarse ante el verdadero responsable, es decir, ante Fernando Ortega, a ver si era tan machita. Pero “La escultural Layda” prefirió hacer como que la virgencita de la Convergencia le ordenaba ir al Congreso local, con su mitín portátil, a presentar el show que la ha hecho famosa desde 1997.
En ese entonces, además de Rosado Ruelas, muchos otros habitantes de la opinión publicada y pública dijimos que en el caso del busto todos los caminos llevaban al Palacio de Gobierno, pero la luchadora social antes conocida como Layda Sansores, y ahora como “La exuberante Layda”, a quien por lo general no hay que insistirle mucho para que se lance desde la tercera cuerda, siguió negándose a presentar ahí el show que la ha hecho famosa desde 1997.
Al principio pensé que le sacaba al bulto porque no existían pruebas contundentes de la responsabilidad del gobernador; después, que le apenaba que el show no fuera novedad para Fernando Ortega, que lo vio muchas veces cuando fue Coordinador de la Campaña Política de González Curi; luego, que no presentarse era una forma de pagar el favor de que su amiga, humedecedora de sabañones y ex coordinadora del mitín portátil, Margarita Duarte, fuera nombrada directora del IEEA. Por último, que “La exuberante Layda” desafió la recomendación de Rosado Ruelas porque éste es panista y ella, izquierdista de corazón y azote de la derecha, nunca ha abandonado sus certezas políticas ni volvería a hacerlo después de su apoyo a Fox en el año 2000.
El domingo 3 de enero el diario independiente al servicio de los rencores publicó unas declaraciones de doña Gely Mouriño, quien dijo que la responsabilidad de ubicar el busto de Juan Camilo en el Paseo de los Héroes fue exclusivamente de Fernando Ortega. Lo dicho por la señora daba a la luchadora social antes conocida como Layda Sansores, y ahora como “Layda, la diosa del amor”, un blanco seguro, así que compré botana y chelas y esperé, en el lugar preciso, el inicio del show que la ha hecho famosa desde 1997.
No hubo tal. Pasó la semana con sus Santos Reyes y la untadera que provocan en las calles del Centro Histórico, pasó un frente frío y llegó otro, pasó Che Cu y sus artesanos del ritmo cargando huevos y tomates rumbo al Paseo de los Héroes, pasó por mi colonia el camión de la basura y los vecinos dimos gracias al Todopoderoso por escuchar nuestros ruegos, pero no pasó la luchadora social antes bla bla bla, ahora “Layda, la Salomé del trópico”, con su mitín portátil, con destino al Palacio de Gobierno para presentar el show que la ha hecho famosa desde 1997.
La declaración de doña Gely Mouriño dejan sin escape posible a la luchadora social antes conocida como Layda Sansores, y ahora como “Layda, la cinturita de terciopelo”, quien ya tiene el nombre del responsable de colocar “un santuario a la corrupción” en el espacio reservado para los héroes de la Patria y del Estado. Habrá que ver si su molestia es genuina o sólo un pretexto para que, con tal de no ser olvidada por su público, inventara culpables a quienes dedicarles el show que la ha hecho famosa desde 1997.
La verdad es relativa, sólo la neta es absoluta.
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Escrito Por
Bestiómetro
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.
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