Me di una vuelta por el blog del maestro Guillermo Sheridan en Letras Libres y en la entrada más reciente, titulada Tres diputados tres, encontré esta perla declarativa del congresista federal Ariel Gómez León:
“Como todos son negros y se parecen tanto, habría que marcarlos con tinta indeleble para que no se les repita la ayuda; la tinta tiene que ser blanca porque la que usa el IFE no se les notaría por ser tan negros”.
La frase demuestra científicamente que para desgracia de este país, y del planeta, la inteligencia tiene límites pero la estupidez no. Ahora bien, si usted está preguntándose qué fue lo que encendió el racismo del diputado Gómez León, la respuesta es la siguiente: para engordar el cochinito del fondo de solidaridad con Haiti del legislativo, le quitaron un día de dieta a él y a todos los de su calaña.
Por cierto, ya encendido y supongo que disfrazado de Ku kux klan, don Ariel dijo: “En la televisión observamos la cara de la gente cuando les reparten ayuda. No son caras de necesidad. Más bien es una insaciable abusivez.”
Damas y caballeros:
Por la fracción integrista, buena onda, generosa y tolerante de su declaración, propongo al diputado federal de extracción perredista, don Ariel Gómez León, candidato único al premio Martin Luther King. Y por el descubrimiento o invención del término abusivez, lo declaro desde este momento ganador vitalicio de la preciada medalla “Elba Esther Gordillo”. Aplausos.
*En la foto, una mujer haitiana ejemplifica la cara de abusivez.
La verdad es relativa, sólo la neta es absoluta.
En este artículo:
Escrito Por
Bestiómetro
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.
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