Que una comitiva del PAN fue a platicar con el Conejo, el panadero más famoso de mi pueblo, para ofrecerle la oportunidad única de participar como candidato a la alcaldía en nombre de ese instituto político.
Como esta no habrá otra, le dijeron.
Para convencerlo, le explicaron que él tomará todas las decisiones, entre ellas la conformación de la planilla de regidores de mayoría, decisiones que serán acatadas de inmediato por la dirigencia, y el mismo mecanismo aplicará en la designación de directores y otros funcionarios del Ayuntamiento.
Además, en un gesto de buena voluntad, la dirigencia le mostrará al Conejo la urna de cristal en que preservan la lista de regidores plurinominales, para que, si así lo desea, acaricie el vidrio todo el tiempo que sea necesario.
Con el doctor Lira no se pudo. Él no quería acariciar la urna, ni siquiera rasguñarla un poco, él quería romperla, apropiarse de la lista y cambiarla, incluir su nombre donde sólo existe lugar para los sacerdotes de Los Testigos de Yolanda, culto que predica que el Hijo y el Espiritu Santo ingresaron en la Santísima Trinidad por vía de la representación proporcional.
Claro, las intenciones del doctor Lira fueron desechadas por sacrílegas.
En cambio, es grato informarles que con el Conejo todo marcha bien. En el corazón de este hombre no hay maldad ni intereses malsanos y sí mucha fe en la fuerza y la armonía del partido cuna de margaritas, felipes, anayas, yolandas y lavalles, y también en la fortaleza democrática de los órganos electorales.
Por ese motivo, de pie frente al altar de sacrificios y al cenote donde los dioses esperan el tributo, los candidatos a regidores plurinominales de Acción Nacional han prometido que el próximo trienio lucharán desde el cabildo, día a día, por nuestro amado Champotón, por nuestras maravillosas familias y por nuestros espléndidos hijos que son el futuro siempre. Es un hecho.
Click, foto de atardecer champotonero.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.