fbpx
Sígueme en redes sociales

Hi, what are you looking for?

Bestiometro

El muñeco inflable de Aysa

El muñeco inflable de Aysa.jpg
¿Se fijaron? Alito se fue durante tres semanas al DF a perseguir su pesadilla de dirigir al PRI y su ausencia no se sintió. Campeche siguió viajando a la misma velocidad por la autopista de la desgracia rumbo a la desaparición.
La razón es que él no gobierna, nunca lo ha hecho, no sabe qué hacer. Sus deficiencias educativas lo colocan en estado de indefensión ante los mil y un vericuetos de la administración pública.
Que otros realicen los diagnósticos de los problemas campechanos e imaginen soluciones, se enreden con ramos y programas, con organigramas y metodologías. Lo de Alito son los alucines monumentales, el selfie, el trato de carnalito de barrio, la facilidad para imaginar novedosas formas de vaciar el erario y el discurso repetitivo, maniqueo, en el que sólo existen amigos y enemigos, y por extensión, los traidores y los que sí quieren a Campeche (y Campeche es Alito). Discurso que es reflejo de un tipo que creció entre la mala vida de la calle, la pandilla y los pleitos salvajes en cada fiesta de quince años, pero que también es parte de las estrategias políticas que enseñan los mercachifles del marketing.
Un círculo vicioso: un maleante metido en la política y entrenado por mercenarios para convertir una actividad pública, que debería aspirar a cierta altura, cierta sabiduría, cierta sensatez, en un callejón oscuro idóneo para puñaladas traperas.
Alito se fue y como si hubiera estado. Antes de huir, entregó poderes ilimitados a su secretario de Gobierno, olvidándose de las burlas que hizo a Fernando Ortega y su dependencia enfermiza de Roberto Sarmiento. Ese relevo de estafeta fue una simulación porque es un secreto a gritos que quien manda es Carlos Miguel Aysa.
Yep. Es el viejito que nunca será alcalde de Palizada el que sostiene con vida artificial al organismo estatal enfermo de burocratitis y corrupción, y son legendarias las faenas que tiene que improvisar para impedir que la ignorancia y los desquiciamientos de Moreno Cárdenas destrocen lo que queda en pie. Oh, caraxo: nos gobierna Carlos Miguel Aysa, bautizado en su pueblo y conocido en el mundo como “El Loco”.
La conclusión es obvia: con su ausencia Alito demostró que es tan útil como una lección de trigonometría en un quirófano, que es absolutamente prescindible, porque Campeche puede ser gobernado sin problema alguno y con los mismos resultados por él o por cualquier otro perturbado mental.
La culpa ya no es de Renato, es de Rita.
Besitos.
Tantán.

Escrito Por
Avatar photo

Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.

Haz clic para escribir un comentario

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar...

Bestiometro

Los mensajes son falsos, está claro. Lo grave de todo esto es que...

Bestiometro

Mily, que me hace el inmenso homenaje de ser mi esposa, preguntó al fruto de nuestro vientre qué le iba a pedir a Santaclós,...

Bestiometro

Toda felicidad que no provenga del alcohol es ficticia. De ahí la maravillosa Semama Santa que pasé y su consecuencia: una cruda exponencial que...

Bestiometro

El 16 de diciembre de 2021, los integrantes de la Orquesta Sinfónica de Campeche (OSCAM) fueron citados a una reunión a la que les...