Itescham: el acoso protegido

A principios de junio supimos que un fauno lujurioso andaba suelto en el Instituto Tecnológico de Champotón (Itescham).

Lo supimos porque una docente interpuso una denuncia por Hostigamiento, Acoso Sexual, Abuso Sexual, Delitos de Odio y Amenazas contra el subdirector de esa escuela, que es hermano de la diputada local Alejandra Hidalgo y ésta, a su vez, protegida de Caníbal Ostoa.

En respuesta a esa denuncia, la jueza Yuridia Guadalupe Flores Romero emitió una Medida de Protección a favor de la denunciante, dictamen ratificado el 14 de junio y con vigencia de 60 días.

La Medida fue turnada a las instancias debidas, incluído Bismarck Richaud, director del Instituto, y al potro lascivo que originó este drama de amor no correspondido e intimidaciones administrativas: el hermano de la diputada Hidalgo-Ostoa.

Con la denuncia conocimos otras barbaridades causadas por el mismo elemento, como acoso laboral, discriminación por capacidad diferente y demás, todas presentadas en Academia y a la dirección del plantel e, incluso, ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos desde octubre del año pasado.

El jueves 15 de junio, el hermano de la diputada Hidalgo-Ostoa, desafiando a la juez, se presentó en la escuela y se atornilló en su cubículo a pesar de que le solicitaron por el responsable jurídico del Itescham y por el propio director que se largara.

Aquel día Bismarck no quiso llamar a la policía para que desatornillaran al subdirector apasionado, cosa que está dentro de sus facultades. Según mis fuentes, la razón de la tibieza de Bismarck es que está aterrado, porque si el hermano de la diputada Hidalgo-Ostoa cuenta ciertas historias prohibidas del colegio, se lo lleva entre las patas.

El lunes 19 de junio el hermano de la diputada Hidalgo-Ostoa no fue a trabajar y parecía que las cosas fluirían con la normalidad dictada por la juez, pero el martes, en pleno uso de su soberbia, sí lo hizo y aquí es donde et feminam porcinam involvit appendice posterius (la puerca torció el rabo).

Al llegar a la escuela el hermano de la diputada Hidalgo-Ostoa, la víctima llamó a la policía e informó al director. La policía respondió e ingresó hasta la oficina del acusado, y después de media hora se retiró pero no se lo llevaron. Y los ministeriales no acudieron porque dijeron que este no es su problema.

Según testigos, la diputada Hidalgo impidió que la poli cumpliera con su deber con una llamada telefónica. Eso se llama tráfico de influencias. Estamos ante un caso ejemplar de la impunidad que el Supremo Ñor de Palacio Nacional y sus acólitos dicen combatir.

Le envié mensaje al fiscal Renato Sales para informarle del desacato del hermano de la diputada Hidalgo-Ostoa, y me dijo que no se podían restringir sus derechos laborales y que la orden sólo establecía que no se acercara a la víctima.

Entonces, pensando que Reni había pasado por alto una parte importante de la Medida de Protección, le transcribí el segundo punto emitido por la juez Yuridia Flores:

“II.-Limitación para asistir o acercarse al domicilio de la víctima u ofendido o al lugar donde se encuentre.”

Y luego le comenté al fiscal que el hermano de la diputada Hidalgo-Ostoa estaba en el mismo sitio que la víctima, el Tecnológico, y le envié una imagen para comprobarlo, que es la que adorna este post.

Y Renato contestó que… pues el lugar es bastante grande.

Sí, lo sé: “El horror, el horror.”

Las mujeres del Itescham están hoy más indefensas que nunca, porque vaga por el plantel un funcionario que se cree en la cúspide de su belleza y en posesión de una sensualidad arrebatadora, un semental ilusionado que, además, se sabe amparado por su hermana y, a través de ella, por Caníbal Ostoa.

Ojalá que las mujeres del Tecnológico se unan para combatir su desgracia, porque sólo así superarán el riesgo que representa un burro que hoy, enloquecido por el carguito, se siente en la primavera de sus calenturas, y por aquellos que, animados por este caso, se sentirán con permiso para violentarlas.

Besitos.

Tantán.