Hace unos días, una sección de la feligresía de Layda Sansores tuvo un encontronazo con dos periodistas, lo que originó una pelotera entre condenas contra los agresores y proclamas en favor de la libertad de expresión que inició, sí, con un boletín del PRI Campeche en el que la dirigencia califica de “cobarde ataque” lo sucedido, blablabla que, con pocas variantes, repitió buena parte de la tragicómica banda periodística campechana.
Fue entonces cuando mi colega, Ambrosio Gutiérrez, purificado ya por la mano y el ritmo candente de Layda Sansores, opuso su dignidad a la barbarie del textoservicio y les recordó que si ha habido un enemigo de la libertad de expresión en este país ese ha sido el PRI, que acusar a los morenos de alborotadores era una generalización absurda, y que la indignación que mostraban era, además de selectiva y oportunista, una campaña con fines electorales.
Fue entonces cuando los colegas de Ambrosio Gutiérrez le cantaron “Acuérdate de Acapulco…” y etcétera.
Pues les cuento: hoy Oscar Rosas, el alcalde de Carmen y candidato a la reelección por el PRI, asistió a un evento de entrega de despensas del DIF a pescadores y pasó que: a) Rosas se pronunció en favor de la libertad de expresión y de que los gobernantes otorguen todas las facilidades y garantías para el desempeño de la prensa, y b) gente de Oscar Rosas se dedicó a obstaculizar el trabajo de la prensa y a pasarse la libertad de expresión por esa zona que ya no es espalda sino pornografía.
Tal cual. Hay video.
Veremos si la dirigencia del PRI publica un boletín reprobando este ataque y solidarizándose con el gremio al que, hasta hace apenas unos días, le juraron amor eterno.
Veremos cuántos de los textoservidores del PRI-Gobierno, que hace apenas unas horas berreaban coléricos contra la feligresía de Layda Sansores, contra los morenos rebeldes e iracundos que agredieron a dos periodistas y ponen en riesgo la elección próxima, manifiestan lo mismo hoy ante este atentado contra Perla Prado y Fabián Fernández, reportera y camarógrafo de Telemar.
Esta es la tuya, Ambrosio d.L. (después de Layda). Dale hasta por debajo de los párpados a los perros de prensa. Sin miedo al éxito, colega.
Besitos.
Tantán.
Soy aborigen champotonero, licenciado en Ciencias Ocultas y Administración Púbica, adicto a los Pumas de la UNAM y a las tortas de cochinita de Sacha, feliz de haber pasado media vida en reventones, orgías y actividades similares y afligido por haber desperdiciado miserablemente la otra mitad, y dedicado al periodismo para cumplir fielmente la profecía de mi abuelo Buenaventura Villarino, hombre sabio y de fortuna, que más o menos decía así: “Estudia mucho, hijo, o acabarás de periodista”. Besitos. Tantán.